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gto. La Casita del Horror

La de Brandon es una biografía breve. 24 años, un episodio brillante y un desenlace trágico…

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

“¡Oh, vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”

(A las puertas del Infierno de Dante)

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La de Brandon es una biografía breve. 24 años, un episodio brillante y un desenlace trágico.

Responsable, sociable, divertido, lo describen los suyos en las redes. Traspuesta la medianoche del jueves, salió del ‘Bar Étnico’, en el Centro Histórico de León y subió a un taxi ‘verde’. No llegó a casa.

El viernes, León amaneció con la rutina atorada. Su cordón umbilical con el resto del corredor industrial, la carretera federal 45, a la altura de Santa del Conde, se había roto. A las cuatro y media de la mañana, un transeúnte había sido atropellado y muerto. Los vehículos, imposible el frenado, uno tras otro habían destrozado su cuerpo. El tráfico se aletargó durante horas, hasta bien entrada la mañana. Los oficinistas del gobierno hicieron del imprevisto, ‘la comidilla del día’. En el espacio digital, a lo largo de la jornada las redes desbordaron fotografías de Brandon y mensajes solidarios en su búsqueda. Brandon no aparecía.

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Noche de nuevo, las primeras malas noticias. Brandon había sido encontrado muerto. Horas después, un dato sobrecogedor: era la persona embestida por los vehículos a la salida a Silao…

La fotografía de la toma de una cámara de seguridad, captura el momento en el que Brandon sube al taxi ‘verde’ a las puertas del ‘Étnico’ y exhibe el ‘número económico’ del vehículo de alquiler en la portezuela del copiloto abierta. Un cercano a Brandon hizo la búsqueda en los archivos públicos y el nombre del tenedor del permiso del taxi -difícilmente el del conductor-, va de aquí a allá en las redes.

¿Cómo demonios había ido Brandon a parar allá? Una historia paralela escuece. Desde su cama de hospital, ‘Roberto’ sube a las redes sociales fotografías suyas.

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«Hola a todos mis amigos. El día de ayer pasé por una situación horrible, cuando al salir de un bar en el centro tomé un taxi verde en el cual el chofer me ofreció una bebida y yo estúpidamente acepté. Acto seguido estaba tirado en un baldío, sin mis pertenencias y golpeado. Fue un acto de estupidez de mi parte y solo lo platico para que tengamos cuidado al salir” -tres testimonios más, prácticamente idénticos, acompañan la publicación en Facebook.

Con la historia de Brandon, inútil la rentabilidad de la relación oficial corrupta con informadores que privilegian, en oda a la revictimización, un apodo como identificación única, ‘el pelos’ o ‘el patas’; ‘en una casa de pánico’; ‘en su día franco’; ‘zona de narcomenudistas’; ‘eran académicos, no agentes’…

Brandon había saltado a los espacios informativos, mucho más allá de la aldea. Dirigía una escuela de baile, cuando el virus SARS-CoV-2 tomó al mundo por asalto. Obligado a cerrar, improvisó un puesto de tacos. Le llamó ‘TaCovid’. El humor afilado le ganó difusión y aprecio. La de Brandon fue la vida impecable de un joven, y fue segada.

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Las semanas de Guanajuato compilan historias negras, sin límite en el horizonte. También en León, en la colonia La Florida al norte de la ciudad, la madrugada del sábado una llamada llevó a los agentes del orden hasta la esquina de San Cosme y Juan de la Barrera -que en vida fue un ‘Niño Héroe’-. Sobre la acera había una maleta roja, grande, metro y medio de largo, fácil. Para contener su carga le ataron un lazo verde. De uno de sus extremos sobresalían dos pies humanos calzados de tennis blancos ‘Puma’. Un hombre había sido descuartizado y abandonado ahí, nada más, al paso, en la vía pública. Los restos, envueltos en bolsas de plástico y una cobija de esas de las que abundan en las peregrinaciones a las capillas de los santitos.

Un par de generaciones de reporteros atrás, al hallazgo de un cuerpo, los gendarmes ofrecían a un par de ‘remisiones’, los arrestados por faltas administrativas y arrojados a los separos pestilentes, ir al sitio en un carro celda y levantar al difuntito, a cambio de su libertad. Los más avezados, clientes frecuentes de las celdas, preguntaban primero: ¿de qué se murió? Si habían muerto en un incendio, ahogados o se trataba de cadáveres en estado de putrefacción, declinaban la invitación atenta  -aunque los genízaros generalmente se cuidaban bien de informar de los detalles…

Hoy, a la escena de crimen arriban además de los consabidos gendarmes y ministeriales empistolados, militares y peritos embolsados en trajes de película ‘palomera’ de ciencia ficción. De manera atinada, el cuadro es cercado con listones amarillos. Pero el resultado es el mismo. Al paso de los días, las semanas, los meses y los años, los expedientes avejentados en los archivos de la Fiscalía, las consecuencias de su papel son idénticas a las del quehacer de las remisiones de antaño: llevar los despojos a la morgue. ‘Rejuntadores’ de cadáveres. Nada más.

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EL ESCÁNDALO DE LOS VELORIOS

El jueves en Celaya, después de las dos de la madrugada, el vecindario escuchó balazos allí en la calle Mina de San Bernabé, de la colonia San Juanico. Allá fueron los policías. Una finca en obra negra que es refugio de las noches indigentes. Al pie de las escaleras, un adulto y un menor de edad yacían muertos, tirados en el suelo. Padre e hijo, informaron los mirones que siempre están. Había también una mujer herida. Sería la pareja del hombre y la madre del menor. Se la llevaron grave. Dicen que llegó una camioneta, los pistoleros entraron y dispararon, enseguida se fueron. Sobre los cuerpos dejaron una cartulina con un mensaje solo para iniciados…

En Irapuato, por ahí de las diez de la noche, un muchacho, molido a golpes, llegó hasta la comandancia de policía sobre la calzada de los Chinacos. Dijo a los policías que había estado secuestrado. Que había más personas ahí de donde él escapó. Las corporaciones de seguridad reaccionaron. Encontraron a otros dos jóvenes, uno estaba muerto. La operación de los policías llenó de pánico el rumbo. La clínica del Seguro Social y las del Hospital General cercanas, fueron resguardadas por la policía.

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Más fosas clandestinas, ahora en Juventino Rosas, en sus límites con Celaya. Colectivos y ministeriales encontraron los restos de 12 personas. La historia se repite hasta el hartazgo. En menos de un año 235 cuerpos han sido recuperados de las fosas en Salvatierra, Cortazar, Acámbaro, Celaya y ahora Juventino Rosas.Desde este lunes y hasta el sábado 15, está en Guanajuato la séptima ‘Caravana Internacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas’. Llegaron colectivos de Coahuila, Veracruz, Michoacán y Guerrero. Aquí les reciben su pares de  León, Guanajuato, Salamanca, Irapuato y Valle de Santiago.

En León, dos mujeres asesinadas. La primera, a balazos, en la colonia Rinconada del Sur. La víctima tendría unos 35 años. Desconocidos la bajaron de una camioneta negra y la mataron. Rutina ensayada la del sábado, a plena tarde, no muy lejos, en la colonia Azteca, en Paseo de Alfaro y González Bocanegra. Serían las siete de estas muy soleadas noches. El vecindario escuchó disparos. A la joven la bajaron de una camioneta y un hombre le disparó siete veces, a la vista de todos. Tendría entre 25 y 30 años.

Dos agentes ministeriales, ella y él -académicos’, no agentes, se apresuran a precisar la fiscalía y sus informadores oficiosos- fueron ejecutados el sábado a la tarde. Manejaban un sedán en la carretera Guanajuato-Silao a la altura de la comunidad El Capulín. Otro auto les cerró el paso. Los agentes, de unos 28 años los dos, detuvieron su marcha. El agresor descendió de su automóvil. Intentó abrir la puerta del carro de la agente al volante. No pudo. Les disparó y los mató. De nuevo, versiones urgentes apuraron que el ataque se habría derivado ‘de un conflicto vial…’

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La semana había arrojado ya la muerte de un policía uniformado de León, baleado al auxiliar a una compañera en descanso, agredida por su ex pareja… También la muerte de una oficial de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, en un tiroteo en Uriangato… La noche del martes, un hombre fue asesinado en una esquina cualquiera de Haciendas de Ibarrilla, en León, serían las 8 de la noche, dos hombres en motocicleta se acercaron a él y le dispararon en la cabeza… El sábado en Celaya, a balazos a quemarropa mataron a un mesero del restaurante de mariscos ‘El Delfín’, a las seis de la tarde… Este domingo, mientras almorzaba con su esposa en un puesto de quesadillas en la colonia San Felipe de Jesús, en León, un hombre de 32 años fue asesinado a tiros, ella quedó herida…

… y en los 46 municipios del estado hay campañas electorales. De espanto todo esto.

(A) LA JAULA

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Las aulas.

Pues con la novedad de que este martes hay regreso a clases en Guanajuato. Son 71 instituciones en la segunda etapa del Plan Piloto de Regreso a las escuelas. 38 son privadas y 33 públicas. La ENES- UNAM, ITESM León, y la IberoLeón, van derecho y no se quitan. En total son 118 planteles, del preescolar a la universidad. Y 589 escuelas de todos los niveles esperan dictaminación. Quién sabe cómo será eso, porque todavía el viernes, doña Fátima Melchor Márquez, a la sazón jefa estatal de Epidemiología de Salud del estado, anunció que Guanajuato se sigue ‘en amarillo’, porque “no ha dejado de haber un solo día ingresos a los hospitales por coronavirus, ni defunciones…’ Lo bueno es que ellos son los expertos.

Correspondencia: [email protected]

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