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León: a cara o cruz

Este jueves, León se dio un respiro para evocar la colocación de la primera piedra del Templo Expiatorio, que el 8 de Julio de 1921 atestiguó el Obispo Emeterio Valverde y Téllez. 100 años ya

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

Este jueves, León se dio un respiro para evocar la colocación de la primera piedra del Templo Expiatorio, que el 8 de Julio de 1921 atestiguó el Obispo Emeterio Valverde y Téllez. 100 años ya.

El Templo Expiatorio y su plaza, son el corazón del resurgimiento del Centro Histórico de la Ciudad, y su corredor turístico, de negocios y servicios, manzana de la discordia en la definición de la vocación económica de la urbe. La efeméride, justo a tres meses del relevo, otro, del gobierno municipal, trae a cuento la discusión.

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Hace rato que León no es solo una ciudad ‘zapatera’.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, ENOE, del INEGI, ilustra que en el cuarto trimestre de 2020, el 64.3 por ciento de la población ocupada trabajó en el comercio y los servicios. La industria únicamente empleó al 35.4 por ciento de la población ocupada -de la industria manufacturera, el sector cuero-calzado concentra el 61.5 por ciento del personal ocupado. Las cosas han cambiado.

La ‘modernización’ política, administrativa y ocupacional de la ciudad que los gobiernos panistas propusieron hace más de 30 años, pasa obligadamente por la diversificación económica, a tumbos hasta ahora.

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De la ‘participación ciudadana’ y la creación de Consejos, Patronatos y Fideicomisos que iniciaron con Carlos Medina allá en los estertores de los 80′, al gobierno fantasmal de Héctor Germán René López Santillana, en el medio quedan avenidas, puentes, parques y el apoyo incondicional a las mujeres y los hombres de negocios. Pero nada más.

Los tres primeros alcaldes de la era del PAN en León, Carlos Medina -en la curtiduría de la familia-; Eliseo Martínez -Calzados Del Río-; y Luis Quirós -‘Quirelli’-, fueron eslabones de la cadena del calzado. El perfil lo rompió Jorge Carlos Obregón -negocios inmobiliarios-; regresaron con Luis Ernesto Ayala -Botas San Diego-; y Ricardo Alaniz -Textiles León-. Después, ya no.

En no pocas ocasiones han sido los propios mandones panistas, merced a sus guerras intestinas, los que entorpecen el avance de la comunidad, uno de ellos, vital: el de la movilidad. Si los consejos, patronatos y fideicomisos ciudadanos, irrefutables en el concepto, terminaron en lo que son ahora los órganos del Implan, el Sapal, la Feria de León, el Poliforum, etcétera -hereditarios cual plazas magisteriales en Oaxaca-, el manejo de la movilidad social ha sido un ángulo caótico.

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El Sistema Integrado de Transporte, SIT, se inauguró el 26 de septiembre de 2003, con un Luis Ernesto Ayala ávido de la foto al dejar la alcaldía -icónicas las imágenes de aquel primer viaje, con los rostros de los usuarios aplastados contra los cristales, felices, porque al fin y al cabo era una prueba ‘gratis’.

Las ‘grillas’ del panismo hicieron que el alcalde siguiente, Ricardo Alaniz, no colocara una tuerca más siquiera. Curiosamente, hasta la pausa política que impuso a los azules la tricolor Bárbara Botello, se continuó. El SIT, en plena pandemia -y con el sometimiento descarado del director de Movilidad, Luis Enrique Moreno-, obsequió a los leoneses la prueba de su ‘vocación de servicio’, al mantener el sobrecupo y los retrasos.

En el empeño por la diversificación económica, la piedra angular, sin duda, es el Poliforum -que no, no cumplió 40 años en diciembre de 2019, como necean quienes lo detentan; fue inaugurado el 9 de diciembre del año 2000, por el presidente Vicente Fox, lo que antes existía era un ‘Centro de Convenciones’ bastante modesto.

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El primer alcalde en exponer formalmente su intención de virar la vocación zapatera de la ciudad, fue Vicente Guerrero (2006-2009) Habló de León como un ‘Cluster’ de los servicios médicos, educativos, del transporte y del turismo de negocios, el comercio y los servicios. Las presiones se pusieron ‘a peso’.

Vicente Guerrero, aterrizó la idea que germinaba en las cámaras empresariales, de un corredor turístico del Poliforum al Centro Histórico -allí se concibió lo que Sheffield hizo nacer como ‘el Puente del Amor’-. Vicente Guerrero, Ricardo Sheffield y Bárbara Botello, son actores destacados. La inoperancia vino después.

DIGAN GÜISQUI

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Finalmente, el sueño de los viejos panistas de ofrecer al Templo Expiatorio y a la Catedral Metropolitana sus respectivas plazas, fue una realidad.

La Plaza Pública Expiatorio se consideró -y es-, referente de la integración del coloso arquitectónico al Corredor Turístico: Poliforum – Forum Cultural – Centro Histórico. La Plaza Pública Catedral, a menor escala, significó una mejora a la imagen urbana, la demolición del Condominio Montes de Oca, ofreció otra perspectiva a la Catedral Metropolitana. La Plaza Pública Expiatorio, la inauguró Guerrero el 18 de septiembre de 2009 -cantó Tania Libertad-. De la Plaza Catedral, Ricardo Sheffield ejecutó el duro trabajo de cortar el listón.

El renacimiento del Centro Histórico trajo un fenómeno con el que los panistas -y en su momento, el paréntesis priista- no saben qué hacer: el regreso de los jóvenes al epicentro de la ciudad. Ahí surgió una nube de ‘bares alternativos’ que asusta mucho a los gobiernos de la aldea.

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Durante décadas, el Centro Histórico sufrió de abandono. El ‘boom’ de los centros comerciales en los años 80′ alejó a los visitantes, y se quedó ahí, solito, enganchado a sus mercerías y loncherías. De pronto aparecieron los jóvenes que llenaron las tardes y las noches alrededor de la Avenida Madero. Las autoridades de León, entonces, hicieron lo que mejor saben hacer: reprimir.

Es de leyenda urbana el cierre obligado al ‘G*Bar’, opción de la comunidad LGBTTTIQ+ de León, que denunció acoso del municipio. Operó sin mayores problemas 9 años, hasta que algún genio de la burocracia priista les negó la ‘renovación’ de la licencia del uso de suelo -una decena más, clausurados por ‘infracciones’, imposibles los trámites de apertura, fueron vencidos por las altas rentas que, sí, trajeron a las fincas del Centro Histórico… las obras y los jóvenes.

En el trienio de Luis Ernesto Ayala, se atrajeron dos espectáculos internacionales que consolidan el atractivo de la ciudad: el Rally WRC y el Festival del Globo -el Rally ya abandonó y vaya usted a saber si regrese, y el FIG, so pretexto de la pandemia, no se canceló, pero fue secuestrado en 2020 por la élite socioeconómica. 

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Desde este fin de semana, cuentan tres meses para que Héctor Germán René López Santillana, seis años al frente del gobierno de León -es un decir-, por fin se vaya. De su relevo, Alejandra Gutiérez, nadie -ni los propios y, menos, los extraños-, abriga expectativas mayores -si el reto es mejorar la gestión de Héctor Germán René, no hay demasiado mérito ahí.

Medianamente llama la atención su anuncio de la creación de un ‘Consejo Rector’ de la planeación de la ciudad. Aquí hay de dos sopas: o lo crea para eliminar a los fideicomisos, patronatos y consejos, por inoperantes y corruptos -¡ni lo mande Dios, eso sería coincidir con Amlo!-, o todo es una faramalla para dejar sin chamba a la ‘todopoderosa’ del IMPLAN, Graciela ‘Chela’ Amaro.

Cierto, ‘Chela’ lleva una docena de años ahí -antes, en la transición del priismo al panismo y en el arranque del IMPLAN, María Eugenia Pineda, hizo lo mismo con el desarrollo urbano de León-. En las campañas, ‘Chela’ Amaro, suele soltar a gotas los proyectos de la cartera que ella prefiere, para que a su tirunfo los candidatos panistas los ejecuten. Parece que a Alejandra, no gustó el truco.

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Lo otro, es que la Alcaldesa por venir, la segunda en la historia de León, lo único que haga sea cambiar de membrete, de alcances y de persona, al cargo de ‘City Manager’ que ostenta el oftalmólogo Luis Alanís, y la burocracia continúe y engorde tan campante…

De León y su potencial como sede de negocios se hablan maravillas. Sí, pero León es también una ciudad de pobreza y desempleo.

De las 656 mil 413 personas ocupadas en el cuarto trimestre de 2020, el 47 por ciento -310 mil 450 personas-, trabajan en la informalidad.

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El 14.2 por ciento de la población ocupada percibe, como tope, un salario mínimo mensual, 3 mil 745 pesos con 90 centavos o menos. En el cuarto trimestre de 2020, el ingreso laboral del 25 por ciento de los leoneses fue insuficiente para comprar la canasta alimentaria.

Y la población en ‘condiciones críticas de ocupación’ -eufemismo para el desempleo-, prácticamente se ha duplicado al incrementarse de 73 mil 859 personas a 137 mil 504, del cuarto trimestre de 2019 al mismo trimestre de 2020. En un año, pues.

Usted dirá cómo vamos…

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A) LA JAULA

Sophia.

Incontenibles los asesinatos en León. Hasta 13 en una jornada. Sí, pero Sophia Huett, secretaria ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, dice que es por que hay una disputa entre dos grupos delictivos locales y uno foráneo. Ah, bueno.

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