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La Fiera

El equipo León hizo su tarea, a la vuelta cobró a los ‘Tigres’ de la Universidad de Nuevo León la derrota en ‘el volcán’ y está en la final del futbol mexicano…

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

El equipo León hizo su tarea, a la vuelta cobró a los ‘Tigres’ de la Universidad de Nuevo León la derrota en ‘el volcán’ y está en la final del futbol mexicano: León o Atlas, será el campeón.

Este domingo, la ciudad amaneció feliz.

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En un estadio León lleno a reventar, la euforia de una afición ávida de la final, que se logró gracias a su posición en la tabla de un campeonato con un sistema tramposo, que si bien es un éxito comercial, encierra un desprecio absoluto por la competencia deportiva: solo acá, el lugar doce, de dieciocho equipos, puede salir campeón. En fin, eso no es culpa del León, menos de su afición y las reglas aplican a todos.

El equipo León conquista su boleto a la final, en ruta de la novena estrella, en su 75 aniversario.

Historia larga la del ‘Club León FC.’, que se fundó en 1944, tiene en sus vitrinas ocho campeonatos de liga, cinco copas, cuatro títulos de campeón de campeones y un campeonísimo, en glorias que iniciaron Alfonso “el capi” Montemayor, Antonio Battaglia, Marcos Aurelio, Adalberto López… un equipo que forma en la aristocracia del fútbol mexicano.

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‘La Fiera’ que comenzó con el nombre de ‘Unión–León’, local en el Estadio Patria, en el Enrique Fernández Martínez, en La Martinica y finalmente en su casa que no es su casa, el Estadio León, llena de orgullo a su hinchada.

Los 70’ de Rafael Albrecht, Jorge Davino, Roberto Salomone, hasta el primer descalabro en la temporada 1986-87 del descenso. El regreso en 1990, con Vucetich al frente. Los 90′, de Milton Queiroz ‘Tita’, Alberto Coyote. Abajo de nuevo en el verano del 2002. El regreso con gloria, de la mano del grupo Pachuca, el bicampeonato y ahora por la novena…

El equipo León que regala una gota de alegría a una ciudad en la que las cosas no van bien. Nada bien.

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El desastre de Héctor Germán René López Santillana y sus  seis años de ausencia de gobierno, dejó una ciudad empobrecida, a merced de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 y del crimen.

Al mediodía de este domingo ya sumaban 10 los asesinatos cometidos, apenas al iniciar el día cinco del mes de noviembre. Así que, no, la ‘reestructura’ de la seguridad pública en León, apunta a una vacilada más.

Comenzó al anunciar, el alcalde saliente -que no Alejandra Gutiérrez, la entrante, porque esas no son decisiones que se dejen a ella-, la ratificación de Mario Bravo Arrona, como jefe de los gendarmes, y continuó con la necedad del jefe estatal de seguridad, Alvar Cabeza de Vaca, de habilitar -improvisar-, como policías a los agentes viales.

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Alejandra, entonces, reacciona con lo que cree que le sale mejor:  anuncios de ocasión, al fresco de la noticia del día: un borracho atropelló a un agente de tránsito, así que enviaremos una Iniciativa de Ley, para sancionar con cárcel a los conductores ebrios -cosa que no se le ocurrió en los muchos años que cobró como legisladora.

León es ahora una ciudad en busca del ‘like’ perdido.

En el reverso de la política y de los negocios de la política y el deporte profesional, está el amanecer animoso de una comunidad que comulga con su equipo de fútbol. Eso se vive en las ‘picas’ y en las grandes fábricas de calzado; es charla de café o bar; conversación en las escuelas y las oficinas. La ciudad recuerda la rentabilidad de la franquicia y la conveniencia de caminar juntos.

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EL CIRCO PIOJITO

Hace once años, Grupo Pachuca compró el equipo León, hasta entonces en el inventario de los hermanos Batarse.

La propiedad del equipo León es el guión de un capítulo de ‘La Rosa de Guadalupe’, del omnipresente Roberto Zermeño, Carlos Ahumada, el patronato aquel de Adolfo Rezza, el Grupo Pegaso de José Antonio García, los hermanos Jacobo y Abraham Batarse de ‘BH Capital’, a los Martínez, padre e hijo.

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Los hermanos Batarse reclamaron una y otra vez, públicamente, el activismo de los inversionistas ‘de saliva’, que abundan en León: ‘¿Lo quieren comprar? Aquí está’. Nadie sacó la billetera.

Entonces aparecieron los Martínez, que son todo un caso. Doctos en hallar la horma a los gobiernos priistas del estado de Hidalgo, se dejaron venir a la tierra del calzado. El 20 de noviembre de 2010, los dueños de ‘los Tuzos’ del Pachuca anunciaron que habían comprado a ‘la Fiera’. Acá toparon en pared… pero solo un ratito.

Pronto encontraron el modo a Héctor Germán René -obvio-, lo engatuzaron con el cuento de ‘la Universidad del Fútbol’… y de ahí pa’l real…

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En el arranque los acompañó la inversión de América Móvil, de Carlos Slim. Con ellos, el León, amén del ascenso, cosechó un bicampeonato, entre el Apertura 2013 y Clausura 2014. Los Martínez serán todo un caso, pero entregan resultados deportivos y económicos, así que por ahí poco qué reclamar.

Lo otro es el ‘sospechosismo’ inevitable, casi natural, que despiertan sus acuerdos con el gobierno, y ahí sí hay todavía mucho qué aclarar.

Antes durante y después de la decisión judicial que permitió a los Zermeño exhibirse en propiedad del estadio León, todo ha sido un estercolero.

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Comenzó con la compra de unos terrenitos, a cargo del gobierno de Miguel Márquez, para fiarlos a los Martínez y que estos pudieran construir un estadio nuevo -el proyecto del baldío-. Al tiempo que los Martínez gritaban a los cuatro vientos, que no tenían dinero para continuar la construcción, este 2021 decidieron ir de ‘shopping’…

En un cuento que nadie se traga, el 15 de julio de este 2021 anunciaron que habían comprado el estadio León al clan de los Zermeño, en sociedad con los barones del patronato de la feria del pueblo -aunque por ahora, la titular del juzgado décimo segundo de Distrito, tiene suspendida la compraventa del estadio León, su estacionamiento y los terrenos que se destinarían a la construcción del Museo del Calzado, porque ni los números ni los modos cuadran-. Aún cuando ellos no revelaron las cifras, se habla de una operación de 600 millones de pesos… que no tenían.

Es más, ya con el carrito del súper frente a la caja, se llevaron, en otros cien millones de pesos, la escuela de fútbol de la familia Davino, en una compraventa que se quiso aparentar como ‘un convenio’, pero que pronto presumieron como su nueva adquisición -‘¿Quién pompó?’, diría el clásico.

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El partido del sábado, León-Tigres, acabó en la farsa que es rutina en  Miguel ‘el piojo’ Herrera, director técnico de los felinos, todo barrio él.

Malísimo como lateral, de ciertos logros como entrenador y un fiasco como estrella de Televisa, al caer su equipo se garantizó una trifulca entre bancas, acusando insultos de sus vecinos -más en búsqueda de la solidaridad imposible de los seguidores de los ‘Tigres’-. Un fracaso la temporada para los dos ‘grandes’ del norte, los ‘Tigres’ de la UNL y los ‘rayados’ del Monterrey.

Así que la gente de León está feliz, al menos hasta que llegue la final, y de ahí el tiempo que dispense el resultado. Es Atlas, se juega primero en León y la mera final se va a Guadalajara.

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En vía de mientras, León regresa a su rutina de trabajos malpagados, emprendedores en bancarrota y el hastío de las ocurrencias en el cabildo. Es lo que hay…

(A) LA JAULA

El prójimo…

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Habrá que seguir de cerca el episodio del intento de linchamiento a una persona ‘no binaria’ en la Quinta Los Naranjos, en la ciudad de León. “¡El joto me demandó!”; “¡el joto me demandó!”, gritaba la vecina encolerizada. La agresora. ‘Pepper Espin’, actor afiliado a la ANDA, es la víctima. Y habrá que esperar la respuesta de la sociedad civil organizada… porque del gobierno, visto está que no.

Correspondencia: [email protected]

Twitter: TigresDePapel

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