Los renglones torcidos de Dios

Por Francisco Javier Mares

Con una Circular, es decir, una notificación a su personal –la número 261/2021, Guanajuato, Gto. 20 de diciembre de 2021. En At’n. Oficiales del Registro Civil, firmada por la secretaria de Gobierno, Libia Dennise García Muñoz Ledo-, el Gobierno del estado ‘en cumplimiento’ de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Constitución Política para el Estado de Guanajuato, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y la Jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN, ‘reconoce y materializa» el Matrimonio Igualitario en Guanajuato.

Asfixiado por las acusaciones de ‘violación espuria’, que hacen Regina y Maria José a un panista, diputado federal electo; mudo, ante la exhibición de León, como la ciudad con más pobres en el país; exhibido en la no/comparecencia del fiscal; omiso en equiparar las leyes locales con las libertades civiles; doblegado por la violencia criminal; atrapado en la encrucijada que propone la pandemia: economía o salud; bajo la presión de los duros y mandantes en su partido, en la antesala de la Navidad el oficialismo se permite una bocanada de aire.

Primero, lo primero.

El oficio de marras ordena que: «A partir de esta fecha y en lo subsecuente, se reconozca y materialice el derecho que tienen todas las personas, sin discriminación por su preferencia sexual, a contraer matrimonio en nuestras oficialías del Registro Civil, si así fuera solicitado y sin necesidad de que medie recurso legal alguno para su procedencia».

Efectivamente, hasta un día antes, dijeran lo que dijeran la Constitución, la Corte o la CNDH en exhorto al Congreso local, el gobierno estatal obligaba a las parejas de un mismo sexo que pretendían casarse, a tramitar un Amparo, que ganarían sin oposición aunque al costo de unos 20 mil pesos -Hoy ‘abajofirmante’ del aval, Libia García se hizo pasar como feminista durante casi seis años en el Congreso de Guanajuato, pero nunca alzó la mano en pro de modificar el Código Civil del estado, en el sentido que ahora instruye.

En 2014 una pareja de mujeres que pidieron reservar sus identidades, obtuvo el primer Amparo que obligó al Gobierno de Guanajuato a oficializar su matrimonio, derecho que les había negado el entonces director del Registro Civil, Rito Padilla -quien se fue sin la oportunidad de cumplir su amenaza de renunciar, si lo obligaban a firmar una adopción de una pareja homoparental-. A la fecha, en la entidad se han celebrado 121 uniones matrimoniales entre personas del mismo sexo.

El Congreso local está dominado por la mayoría blanquiazul desde 1997 -en la tercera Legislatura a partir de su arribo al Gobierno del estado,  y una vez que se fue del Palacio Legislativo, ‘Pancho’ Arroyo, luego de Carlos Chaurand- y ha ‘bateado’ cualquier Iniciativa y jurisprudencia en la materia.

La primera en llevar ese pendiente al Congreso de Guanajuato, en febrero de 2013, fue la priista Erika Arroyo, con su Iniciativa de Ley de Sociedades de Convivencia. Por supuesto, fue rechazada. 

Todavía el 30 de septiembre de este año, en la primera sesión ordinaria después de la instalación de la Legislatura en ejercicio, los verdes presentaron una Iniciativa de reforma a la Constitución local y al Código Civil del estado, para regular el matrimonio entre personas del mismo sexo, con igualdad de derechos, deberes y obligaciones, a salvo de restricciones y limitaciones –la propuesta fue a dar a la comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, no a la de Justicia que preside Cristina Márquez, panista que a ‘ojos bien cerrados’, niega toda posibilidad de cambio en esos contenidos.

Así tenemos que ahora en México 25 entidades han reconocido el matrimonio igualitario: Aguascalientes, Ciudad de México, Campeche, Chihuahua, Colima, Coahuila, Chiapas, Michoacán, Morelos, Nayarit, Hidalgo, Baja California, Baja California Sur, Jalisco, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Tlaxcala, Quintana Roo, Yucatán, Sinaloa, Querétaro, Sonora y, con truco y todo, Guanajuato -faltan Durango, Zacatecas, Guerrero, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas y el Estado de México.

Como ‘los caminos del Señor son inescrutables’, la maniobra del PAN y su gobierno en el estado para sacudirse algo de presión, al menos abre la puerta al ejercicio de una de las demandas más sentidas de la comunidad LGBTIQ+: el Matrimonio Igualitario en Guanajuato.

CABEZA CONGRESO

El Congreso es otras cosa…

Los diputados ya se fueron de vacaciones. Este lunes clausuraron su Primer Periodo Ordinario de Sesiones correspondiente al Primer Año de Ejercicio Legal. Instalaron la Diputación Permanente, se dieron un abrazo, ‘hicieron ‘check in’ a la maleta -el bronceador sí está-, y se marcharon. Van felices. Ganan 195 mil 611 pesos mensuales, y con 87 días de antigüedad en el empleo, se llevan 78 mil 244 pesos de aguinaldo, cada uno de los 36. Regresan ¡el 15 de febrero de 2022!

Bajo las palmeras borrachas de sol o en la soledad de su suerte frente a las ‘tragaperras’ de algún casino en Las Vegas, tendrán tiempo de reflexionar -o no-, sobre su paso incipiente en el arranque de sus tareas en el Congreso de Guanajuato. Nada bien.

Esta es una Legislatura, otra, desangelada; sin personalidad frente al poderío del Ejecutivo; sin imaginación ante una oposición estridente; sin respuesta a las exigencias de la sociedad civil organizada, ni a los apremios de las mayorías; a la sombra, agazapada hasta la siguiente elección.

En esa, la del 24, en la que su ‘pastor’, el panista Luis Ernesto Ayala Torres intentará, otra vez, quedarse con la candidatura del Partido de Acción Nacional a la gubernatura del estado, como sucesor de Diego Rodríguez.

Pero por ahora, Luis Ernesto no sabe qué hacer. Retrata confundido, Lo rebasa la dinámica ordinaria de la ‘grilla’ cotidiana en los pasillos del palacete de cristal.

Esto de la circular inédita, va a atemperar durante un lapso breve las exigencias de la comunidad LGBTIQ+ en el estado, y en sus afanes politico electorales lo libra momentáneamente de encarar su responsabilidad como legislador, frente a prosélitos y malquerientes. Nada más.

El resto de la agenda lo abruma.

No sin pena, mucha, el Grupo Parlamentario mayoritario del PAN despachó los remedos de comparecencia del secretario de Seguridad Pública, Alvar Cabeza de Vaca y del Fiscal ‘autónomo’, Carlos Zamarripa Aguirre, el resto ha sido ‘administrar la tiendita’, pero enfrente tienen más. Más de lo mismo.

En la sesión de cierre al primer período ordinario, Ernesto Prieto, de Morena -que está que se va y se va y no se ha ido…-, presentó una propuesta de exhorto al procurador panista de los Derechos Humanos en el estado, para que investigue la transgresión a las garantías individuales de Regina Irastorza, a manos de la Fiscalía; y al Gobernador, para que tome nota de la justificación de la reclasificación de un delito de violación, que hizo Zamarripa. La solicitud del exhorto… fue enviada al archivo definitivo.

En la misma sesión, Ernesto Millán, también de Morena, pidió exhortar a la Fiscalía General de la República, la FGR, para que atraiga el caso por los delitos que se desprenden de las denuncias de Regina y María José en contra de Jorge Romero, ‘en virtud de la incapacidad demostrada por la Fiscalía del estado’. La propuesta fue turnada a la Comisión de Justicia. Y no va a prosperar.

En el Ejecutivo, recurren a una ‘Circular’, en desdén a su facultad de enviar Iniciativas de Reformas y Leyes, como correspondería. En el Congreso, la negativa sistemática a las iniciativas que la oposición arroja como arroz en las bodas, resuelve de momento el punto, pero cansa al respetable y la casa pierde. Lo bueno es que ya vacacionan. Cuidado con las balas.

(A) LA JAULA

Todavía es 2021

El viernes, nueve y media de la mañana, cinco tipos entran a la Central de abasto de la ciudad. Identifican a su objetivo y abren fuego entre la muchedumbre. Matan a dos, uno de ellos, un hombre de la tercera edad, víctima colateral. Tres, fueron heridos. El sábado, Abraham Alejandro, de 24 años de edad, salía de su casa en la colonia Villa de las Flores. Abordaba un taxi de aplicación. Fue ejecutado a balazos. Serían las nueve de la noche y se encaminaría a su turno. Era policía. El domingo, Carlos Ausencio, en su ‘día franco’, salió a la tienda. Regresaba a su domicilio, en la colonia Paseo de la Castellana. Siete de la noche. Abría la puerta cuando un hombre bajó de un auto y le disparó. Carlos tenía 45 años de edad. Segundo policía asesinado en días consecutivos. Así llega León a las fiestas de Fin de Año.

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