Niño rompe accidentalmente valiosa vasija en museo y recibe sorprendente respuesta

Un incidente desafortunado ocurrido en el Museo Hecht ha conmocionado a la comunidad local y ha generado un debate sobre la forma en que los museos interactúan con sus visitantes más jóvenes.

El pasado viernes, un niño en edad preescolar, durante una visita familiar al museo, causó accidentalmente la rotura de una antigua vasija, estimada en entre 2 mil 200 y mil 500 años de antigüedad.

La pieza, expuesta al aire libre para permitir una apreciación más cercana por parte de los visitantes, no resistió la curiosidad del pequeño, quien intentó ver su interior.

Alex, padre del niño, relató a los medios que su hijo, movido por la curiosidad infantil, “tiró ligeramente de la vasija”. Al percatarse de la gravedad de lo sucedido, tanto él como su familia quedaron consternados. Sin embargo, para su sorpresa, la respuesta del Museo Hecht fue todo menos punitiva.

Lihi Laszlo, representante del museo, explicó que, si bien existen casos de vandalismo intencional que se tratan con severidad, el incidente protagonizado por el niño fue un accidente desafortunado.

“El frasco fue dañado accidentalmente por un niño pequeño que visitaba el museo, y la respuesta será acorde a ello”, afirmó Laszlo.

En lugar de tomar medidas legales, el museo ha optado por una vía más conciliadora. Se ha contratado a un especialista en conservación para restaurar la vasija, la cual, según los funcionarios, podrá volver a exhibirse en poco tiempo.

Además, el museo ha extendido una invitación al niño y su familia para realizar una visita guiada, con el objetivo de convertir esta experiencia negativa en una oportunidad de aprendizaje.

Este incidente ha generado un debate en las redes sociales y en los medios de comunicación sobre la importancia de encontrar un equilibrio entre la preservación del patrimonio cultural y la creación de espacios seguros y atractivos para los visitantes, especialmente los más jóvenes. Muchos han elogiado la actitud comprensiva del Museo Hecht, mientras que otros han cuestionado la decisión de exponer objetos tan valiosos al alcance de los niños.