Tragedia en el zoológico: fallece una gorila bebé en un accidente

El zoológico de Calgary, en Canadá, se encuentra de luto tras un trágico accidente que resultó en la muerte de Eyare, una gorila occidental de tan solo dos años. El incidente ocurrió durante una práctica rutinaria de entrenamiento para vacunación, cuando un error humano desencadenó un lamentable desenlace que conmocionó tanto al personal como a los visitantes.

¿Qué ocurrió?

Según un comunicado oficial del zoológico, Eyare jugaba con otros gorilas en su hábitat mientras se realizaban preparativos para una sesión de entrenamiento individual. Durante el procedimiento, un trabajador activó por error una puerta que golpeó directamente a la gorila bebé, provocándole lesiones traumáticas en la cabeza.

El equipo veterinario del zoológico actuó rápidamente para tratar de salvar a Eyare, siguiendo todos los protocolos de emergencia. Sin embargo, las heridas fueron demasiado graves y la gorila falleció poco después del accidente.

Reacciones e investigaciones

El zoológico expresó su profundo pesar a través de sus redes sociales, calificando el incidente como una tragedia devastadora. Asimismo, aseguraron que ya se ha iniciado una investigación exhaustiva para determinar las causas del error y establecer medidas que eviten que algo similar vuelva a suceder.

“Reconocemos la profunda responsabilidad que tenemos en el cuidado de la vida silvestre que se nos ha confiado. Continuaremos honrando el legado de Eyare haciendo todo lo posible para evitar que este tipo de tragedias ocurran en el futuro”, expresó la institución en su comunicado.

La muerte de Eyare generó una ola de reacciones entre los visitantes del zoológico y amantes de los animales en general. Miles de personas expresaron su tristeza y frustración a través de las redes sociales, destacando la importancia de garantizar la seguridad y bienestar de los animales bajo cuidado humano.

Un llamado al cambio

El zoológico de Calgary, conocido por sus esfuerzos en la conservación de especies en peligro, enfrenta ahora el desafío de restaurar la confianza del público y garantizar que sus protocolos sean más rigurosos.

La pérdida de Eyare no solo es un recordatorio de la fragilidad de la vida animal, sino también de la enorme responsabilidad que implica protegerla. Para muchos, su memoria representa un llamado urgente a reforzar los estándares en el cuidado de la vida silvestre, asegurando que tragedias como esta no se repitan.