El poder municipal

Por Francisco Javier Mares

Al Partido (de) Acción Nacional le fue imposible conservar el ’50+1′ de las Alcaldías del estado de Guanajuato.

En octubre cierra el ejercicio con 25 de 46, pero iniciará el próximo con 22 Presidentes municipales en su escudo, nada más. Mayoría aplastante de un solo color en la entidad, sí, pero frente al arcoíris opositor, pierden 22 a 24.

El número de las rebanadas del pastel electoral en las administraciones municipales no tiene trascendencia alguna en el marco jurídico vigente, pero política sí que la tendría… y de lo más interesante.

De aquí al 2024 será un ejercicio político sostenido, los triunfos de Morena en once de las quince gubernaturas disputadas -Sonora, Sinaloa, Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Colima, Michoacán, Guerrero, Tlaxcala y Zacatecas, tendrá 17 gobiernos estatales y 19 congresos locales- en la reciente jornada electoral, se significan como el relanzamiento del proyecto de AMLO con miras a las permanencia de la ‘4-T’ en la cima del poder federal, la presidencia de la República -y obligan a volver la mirada a la única entidad que perdió en 2018: Guanajuato.

En octubre inicia en las municipalidades el trienio de cierre al sexenio de Diego Rodriguez al frente del Ejecutivo estatal, y harto habrá que crecer su escuadra en la operación política. Arrancaría con dos columnas renovadas, resultado de una especie de enroque, Libia Denisse García Muñoz Ledo en la secretaría de Gobierno, y Luis Ernesto Ayala Torres, a la cabeza del Congreso local -Libia dejó su diputación para ir a la secretaría, y Luis Ernesto se fue a buscar una diputación que ya ganó.

Enfrente estarán los 24 alcaldes ajenos al PAN, con un antecedente de lo más simpático: en San Miguel de Allende, les ganó el priista Mauricio Trejo Pureco. Este hombre, estuvo en aquel núcleo de alcaldes difuso que encaró al gobernador Miguel Márquez, de 2012 a 2015 -en la primera mitad de su gobierno ¿se acuerdan?, en un lance que tendría ahora un escenario ideal para ser replicado.

Vamos  por partes.

El PAN se queda con 22 Alcaldías: Acámbaro, Atarjea, Apaseo El Alto, Apaseo El Grande, Celaya, Comonfort, Coroneo, Cortazar, Dolores Hidalgo, Guanajuato, Irapuato, Juventino Rosas, León, Manuel Doblado, Pénjamo, Purísima del Rincón, Salvatierra, San Francisco del Rincón, San José Iturbide, Santa Catarina, Valle de Santiago y Victoria.  En el morbo: León, San Miguel de Allende, Salamanca y Moroleón -lo de Guanajuato, capital, es más bien un ‘sketch’.

León confirmó lo que todo mundo anticipó. Dijo ‘muchas gracias por participar’ a Morena y a su candidato, el expanista, Ricardo Sheffield, y rubricó, ceñudo, un 3 a 1 tajante en favor de la blanquiazul Alejandra Gutiérrez -nada que agregar ahí, bueno, sí, el desplante pueril del fiscal Zamarripa que entabla una demanda civil a Sheffield, por ‘daño moral’, y confirma a ambos en el rol de comediantes.

El ‘campanazo’ fue justo la victoria priista en San Miguel de Allende, donde la carrera política de su alcalde, el panista Luis Alberto Villarreal, sufre un tropezón grave.

El PAN sigue aturdido por su derrota en Silao, corazón del corredor industrial y despacho alterno del gobernador Rodríguez. Morena ganó con Carlos García Villaseñor, exalcalde… panista. En Salamanca, que iza como estandarte en Guanajuato, Morena conquistó la alcaldía, pero  también las diputaciones local y federal.

Y está Moroleón, donde la tragedia ensombreció la elección. La candidata de Movimiento Ciudadano, Alma Barragán, fue asesinada a tiros. La Alcaldía la ganó su hija, Alma Sánchez Barragán, su relevo, sin siquiera aparecer su nombre en la boleta.

El PRI se quedó con  tres municipios: Romita, Abasolo y San Miguel de Allende. De la mano del PRD, ganaron siete más: Jerécuaro, Tarimoro, Uriangato, Cuerámaro, San Luis de la Paz, Tarandacuao y Ocampo. El PRD ganó dos municipios: Tierra Blanca y Xichú. Ahí hay un bloque, no formal, de 12 Presidencias municipales. Más que atractiva y prometedora esa junta.

Los verdes del PVEM, que no suelen tener empacho en firmar acuerdos, convenios y demás, se quedan con tres: Huanímaro, repiten en San Felipe y arrebatan al PAN, Yuriria; Morena, que si bien no obtuvo demasiado -tres, Salamanca, Silao y Doctor Mora-, sí traería la cartera federal de ‘apoyos’ y eventuales inversiones -en lo que se pudiera ofrecer.

Las cuentas se redondean con dos de Movimiento Ciudadano: Pueblo Nuevo y Moroleón; desde la orfandad política, Redes Sociales Progresistas, RSP, -que igual que Fuerza por México, FM, y Encuentro Solidario, PES, pierde su registro nacional-, tiene San Diego de la Unión y Jaral del Progreso; Nueva Alianza, Villagrán; y Santiago Maravatío, un  candidato independiente. 24 opositores a los 22 panistas.

Diego Rodríguez alista las fichas en su tablero…

POLÍTICA Y MÁS POLÍTICA

El panista leonés Luis Ernesto Ayala Torres será el próximo presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Guanajuato, a la cabeza de un Grupo parlamentario de 21 incondicionales, todos ahí bajo el principio de Mayoría Relativa, posiciones alcanzadas de manera legal y legítima, sí -¿conveniente semejante mayoría al ejercicio democrático y al debate parlamentario? Por supuesto que no.

Luis Ernesto es un político de trato suave, pero de mano firme -no está acostumbrado a recibir órdenes y, seguro, no incurriría en desfiguros como los del líder en funciones, Jesús Oviedo Herrera, de ir a cantar ‘las mañanitas’ al fiscal Carlos Zamarripa, en el día de su cumpleaños -qué cosas.

La otra pieza es Libia Denisse, la secretaria de Gobierno, todavía de pasos titubeantes. Con un papel discreto en el momento álgido del proceso electoral, Libia tendría en la mesa con los alcaldes entrantes, ocasión de mostrar sus capacidades -al menos las que en ella identifica el gobernador al confiarle esa cartera.

Los alcaldes, pues.

Al panismo duelen en el alma dos de las derrotas electorales: San Miguel de Allende y Silao -en ambos encargos despacharán dos alcaldes que están de regreso, Mauricio Trejo Pureco y Carlos García Villaseñor.

Trejo Pureco es foco de atención. No únicamente por arrebatar a los azules San Miguel de Allende, la Ciudad patrimonio de mayor proyección internacional en los años recientes, sino también por sus antecedentes como jefe del ayuntamiento 2012-2015, coincidente con el de su excompañera de partido, María Bárbara Botello Santibáñez, en León -celos partidarios aparte, ambos despuntaron en un movimiento que resultó en verdaderos dolores de cabeza para Miguel Márquez, debutante como gobernador.

En marzo de 2013, el frente de alcaldes opositores al PAN descarrilaba el proyecto ‘Guanajuato Iluminado’ con el que el gober pretendía comprar 250 mil lámparas ‘LED’ en China, para sustituir el alumbrado público tradicional en la entidad. Gastaría unos 4 mil millones de pesos. Sí al programa, no a la falta de transparencia, dijeron los rebeldes -en abril de 2011 la empresa ECO BCG había invitado a China a funcionarios de la administración, entre ellos a Miguel Márquez, entonces secretario de Desarrollo Social.

El gober les respondió: ‘no pasa nada’ -si no aceptaban las lámparas chinas-, pero que no permitiría que se hablara de falta de transparencia, ni juicios ‘a priori’. Todo lo contrario, se sumaron denuncias por la compra de megáfonos para la Secretaría de Salud a sobreprecio; la licitación para la adquisición de medicamentos; el proyecto de seguridad ‘Escudo’… y así.

En esos días León fue anfitrión dela Conferencia Anual de los Municipios de México, que concentró a prácticamente todos los jefes de los 2 mil 445 ayuntamientos de México, y los reflectores en la primera alcaldesa en la historia de la ciudad, Bárbara Botello -la segunda, decidido está, será la panista Alejandra Gutiérrez.

Fracasado el embate de ese ‘Frankenstein’ llamado ‘Va Por México’, que buscó aniquilar la mayoría de Morena y sus aliados, en la Cámara baja del Congreso de la Unión, está en el arrancadero un desafío eminentemente político -sí claro, también hay que cuidar la tienditas-, en el que los distintos signos habrán de aplicarse.

En Guanajuato, el debate político hace rato que dijo adiós a su arena natural que es el Congreso local -en la Legislatura a iniciar, con esos números a la vista y filias escondidas, es impensable-, y pudiera deslizarse al terreno de las alcaldías. A los Presidentes municipales entrantes en Guanajuato, los espera su momento -cosa de espabilarse, ciertamente. Una eventual agrupación de alcaldes contrarios a los azules, nada mal le vendría a la política de Guanajuato. A ver.

(A) LA JAULA

De ‘FinDe’ en Guanajuato.

Asesinatos múltiples en Celaya, en Pueblo Nuevo, en Salvatierra…

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