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¿Quién se queda con el estadio?

Una jueza federal manda a ‘tiempos extras’ el cotejo en el que se disputa la propiedad del estadio Léon

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

Una jueza federal manda a ‘tiempos extras’ el cotejo en el que se disputa la propiedad del estadio Léon.

Parece que a los Martínez las cosas no les resultan lindas como en Pachuca, en su querido estado de Hidalgo.

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De último minuto, a los Zermeño se les complica sacar el resultado.

Los barones de cuello blanco del Patronato de la Feria estatal de León, hacen mutis.

En el estribo, el alcalde panista de León, Héctor Germán René López Santillana -enojadísimo, porque lo quieren mandar al Puerto Interior-, ya no quiere saber nada.

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El Gobierno del estado, ni los ve ni los oye.

El respetable en las tribunas gira el cuello, como en partida de tenis.

Por lo pronto, nadie sabe dónde está la bolita…

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El estadio, otra vez.

La jueza Yessica Tamayo Roldán, titular del juzgado décimo segundo de Distrito, avecindado en León, dio por suspendida toda acción relativa a la pretendida compraventa del estadio León, el predio de su estacionamiento y los terrenos que se destinarían a la construcción del Museo del Calzado, de su poseedor, el clan de Los Zermeño, a su par, el de Los Martínez y sus repentinos socios, los consentidotes integrantes del Patronato de la Feria estatal de León, porque desde cualquier ángulo de aproximación la operación apesta.

De principio a fin y de punta a punta.

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Usted seguro lo ha escuchado, la autoridad municipal, que por décadas ostentó el estadio y sus anexos como ‘un bien del pueblo’, sorpresivamente ‘lo perdió’ en tribunales, en favor de Roberto Zermeño, hijo y socios. Frente a la escandalera inicial, sin despeinarse siquiera, el gobierno echó a andar la imprenta de los boletines y de los contratos publicitarios, dio por zanjado el asunto y librado cualquier asomo de responsabilidad a perseguir judicialmente.

En el ínter continuó -continúa- la lucha de los viejos directivos y fundadores del Club León, contra el gigante de la corrupción.

Cuando todo mundo esperaba algún anuncio de los Zermeño, sobre el destino del estadio de ‘la fiera’, los Martínez, actuales dueños del equipo León -quienes en confesión propia se hacían sin dinero para continuar siquiera la obra del nuevo estadio que habían anunciado con un eco nacional-, decidieron salir de compras.

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Una mañana cualquiera anunciaron que sí, que cómo  no, que ellos, en sociedad con la élite de la Feria estatal de León habían comprado el-estadio-y-todo-lo-demás; y por si fuera poco, así como artículo ya en la fila de la caja -los rastrillos o unas pastillas ‘halls’ de miel-, también echaron al carrito la escuela de futbol de la familia Davino, que pasó de pronto a convertirse en el ‘semillero’ de talentos de los verdes -quién sabe de dónde, pero los billetes habían aparecido en la cesta de ir al súper.

Todo bien hasta que se les apareció la jueza Yessica Tamayo Roldán, quién rápido topó con movimientos que le despertaron el ‘sospechosismo’.

UN BATIDILLO

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Y cómo no, si aquello parecía más una ‘rifa entre amigos’.

  • De entrada, la jueza considera que la ‘Buena Fe’ de los compradores no está por encima del interés público.
  • Los socios fundadores no fueron convocados a las asambleas obligadas previo a la compraventa -la familia Zermeño y Héctor González no eran los únicos asociados, reparó la jueza-, en cambio, firmaron ahí puros parientes.
  • La compraventa había sido incorporada en tiempo récord y sin los papeles necesarios, en el Registro Público de la Propiedad. Todo casual.
  • A las inconsistencias jurídicas detectadas, en el juzgado no descartan una eventual defraudación fiscal…

Así que resolvió otorgar la suspensión definitiva el día 24 de septiembre y esta fue publicada el 27 del mismo mes.

De acuerdo con la compraventa ahora ‘en veremos’, los Martínez se quedarían con el estadio León y el estacionamiento, mientras que al frente de la adquisición del terreno donde se sembraron los cimientos del Munpic, aparece Juan Carlos Muñoz Márquez, exdiputado local y federal del PAN, empresario del transporte y actual presidente del Patronato de la Feria de León. Todo bien raro.

La juez otorgó ‘la suspensión definitiva de los folios de la compra-venta’, lo que en buen cristiano se traduce como la imposibilidad de que, en vía de mientras, el estadio León pueda ser vendido, enajenado o ‘donado’.

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Para los abogados de los fundadores a la defensa del estadio, está en duda cualquier legitimidad de la operación que realizaron los clanes Zermeño y Martínez .

Ahora bien ¿Y ‘la lana’ que ya se depositó? Bueno, pues esa no la puede tocar ninguna de las partes involucradas, porque el dinero sería patrimonio de una Asociación Civil y, diría el clásico, esto no se acaba hasta que se acaba.

Por si algo faltara, todo esto ocurre en la última semana del empleo del panista Héctor Germán René López Santillana, como Presidente municipal de León -lo cual, probado está en seis años, es solo un decir.

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El hombre se saca el asunto de encima como quien sacude una pelusa al traje: “Es un tema entre particulares”, dice. Y ya. Punto. Se acabó -también habría que entenderlo, anda enojadísimo porque lo quieren mandar a Guanajuato Puerto Interior -¿Y ahora qué van a hacer con Luis Quirós-, dado que, como todo apunta, a Desarrollo Social, que le habían prometido, llega el ex jefe del Congreso del Estado, Jesús Oviedo Herrera -ni a cuál irle.

-“Es un tema entre particulares que el gobierno simplemente está ajeno al tema y tendrán que resolver ellos… Yo no tengo nada que aclarar, eso corresponde a los particulares” -dijo a los reporteros mientras hacía un nudito a su itacate postrero.

En la versión oficial, la compraventa del estadio y su zona aledaña, el estacionamiento y el predio del Munpic, fue una operación por 400 millones de pesos.

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En tanto la jueza desahoga el capítulo siguiente, allá en el ‘Distrito LeónMX’, un callejón a oscuras cada noche, apenas guían a los parroquianos extraviados la lucecitas de las Hamburguesas ‘RocksStar’, el único establecimiento abierto en el paraíso comercial prometido…

¿Qué se le va a hacer?, así es esto de los coches, dicen.

(A) LA JAULA

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Las redes rotas.

“Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger están volviendo a estar en línea ahora. Perdón por la interrupción de hoy. Sé lo mucho que dependes de nuestros servicios para mantenerte conectado con las personas que quieres”, dijo el magnate Zuckerberg a la mañana siguiente. Pero el daño estaba hecho. El mundo, de pronto, se descubrió desnudo sin sus redes sociales durante más de seis horas. La desolación. Más de 3 mil 500 millones de usuarios, afectados. Fue todo lo que dijo, nada, claro, ni siquiera en los medios tradicionales, sobre la presunta actuación de ‘Anonymous’. A’iga sido como a’iga sido’, diría el bienamado Felipillo, el resultado fue el mismo: pérdidas, soledad y caos. El “apagón”, es una advertencia, otra, de que la dependencia casi absoluta de la comunidad internacional a las tecnologías digitales en manos de unos cuantos, no puede llevar a la humanidad a buen puerto. Es hora de que los líderes mundiales -no importa que Felipe Calderón no participe-, se pongan serios. A ver.

Correspondencia: [email protected]

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Twitter: TigresDePapel

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