La foto

Por Francisco Javier Mares

Los dos querían la foto:

AMLO, para que le retrataran en el enclave más violento de la República -y en gira express llevar a la silla caliente a un par de los detractores de sus políticas más estridentes, Diego Rodríguez y Enrique Alfaro.

Diego, porque con la violencia a tope; la entidad al alza en la crisis sanitaria; sometido al regateo de los recursos federales; y su fiscal de paseo en un trapecio, ya no le salían las cuentas.

En la ruleta política, ambos apuestan al 21.

Para AMLO, ‘la mañanera’ en Irapuato será, acaso, anecdótica. Atiende una todos los días, un mensaje sabatino, otro dominical y produce algunos de coyuntura -en atención a intelectuales ‘abajofirmantes’, por ejemplo.

Para Diego, significa un respiro. El de Celaya, es un grito desesperado. Cruje su porra empresarial. El liderazgo nacional de su partido anima pero no ayuda. Y Guanajuato hace historia en la cima del crimen en México.

De lo que hablaron en corto y no dijeron en señal abierta ya nos enteraremos. Siempre ocurre.

Eso sí, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, aguantaron a pie firme en el discurso políticamente correcto.

Con el caset en marcha, AMLO diría que este es uno de los estados con más problemas de inseguridad, de violencia. Pero que en vez de echarse la culpa unos a otros -hombre, tan bien que les sale-, aplicarían “una estrategia conjunta encabezada por el ciudadano gobernador, que en esencia significa trabajar todos los días atendiendo este problema”.

Como antaño los azules o tricolores, AMLO llegó acá con su ‘pool’ de prensa. A pregunta de una corresponsal, se defendió: no hemos abandonado a Guanajuato.

Pero fueron las expresiones del gobernador de Guanajuato las que llamaron la atención de los informadores del resto del país, dados los antecedentes inmediatos, casi todos beligerantes. De la relectura de la versión estenográfica del encuentro:

“Hay que decirlo, presidente, porque usted también ha señalado, es de sabios reconocer; yo mencioné inclusive en una entrevista que no asistía a las mesas de seguridad y que ni asistiría (…) Cambié mi postura. Por supuesto reconozco que eso no le abona nada a la construcción de la paz (…) Como lo ha dicho el presidente, más allá de las diferencias que podamos tener está un bien superior, que es la paz y la tranquilidad de los guanajuatenses (…) Creo que más allá de posturas políticas, de diferencias personales, está la seguridad de los guanajuatenses y estoy convencido que la coordinación es la llave para devolverle la paz a los guanajuatenses y no podemos estar coordinados si no estamos en comunicación, y la mejor manera de esta comunicación es en estos ejercicios diarios (…) Entonces, ese fue el cambio, no hay ningún otro trasfondo. Si queremos más coordinación y estoy pidiendo más coordinación, tengo que poner por supuesto de mi parte…”

No fue fácil, seguro, para Diego, aunque también, seguro, es que el acercamiento conviene a los guanajuatenses.

Nadie creyó al presidente cuando dijo que no habían hablado en privado del fiscal local Carlos Zamarripa, a quien el fiscal federal Alejandro Gertz trae entre los ojos.

Y ahí sí, Diego no se movió siquiera: “Yo confío plenamente en el fiscal, por eso lo propuse. Su ratificación en el Congreso, y fue el congreso, elegido democráticamente, elegido por el pueblo, quien decidió darle el grado de fiscal por 10 años”. Textual.

En el gobierno del estado procesaron un boletín de la rueda de prensa posterior, no de ‘la mañanera’. Ahí cita al gobernador: “Vamos a salir adelante con el acompañamiento de la Federación, para que en un corto tiempo pueda regresar la paz a los guanajuatenses”.

LA REALIDAD TERCA

El secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, dijo tres cosas:

Que en 10 municipios hay una importante presencia delincuencial: en León, Celaya, Irapuato, Salamanca y Pénjamo, se concentra la incidencia. Que el homicidio va al alza, mientras que el narcomenudeo, la violación, el robo de vehículos, a casa y a transportistas, el secuestro y las extorsiones, bajan. Y que se redujeron las tomas clandestinas: de 14 mil 591 barriles diarios que robaban en diciembre de 2018, ahora son 510 barriles.

Otras estadísticas son menos condescendientes:

De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 6 estados concentran la mitad de los asesinatos. El núcleo de la violencia es Guanajuato. ‘Causa en Común’ -en cita en el diario ‘Correo’-, recupera que en Guanajuato, en lo que va del año, se han registrado mil 911 asesinatos, un aumento del 28 por ciento respecto a su par en 2019.

El 60 por ciento de los homicidios estarían ligados al crimen organizado. En Guanajuato o Jalisco, el cálculo alcanzaría el 80 por ciento. En Celaya, la tasa de violencia se duplicó. Guanajuato es la entidad con más policías asesinados. En 2019, se contabilizaron 76. A mitad de 2020 ya suman 61, son una quinta parte de los policías asesinados en todo el país.

La violencia en Guanajuato la retrata José Antonio Yépez  “El Marro”, líder del ‘Cártel Santa Rosa de Lima’. Concentrar la guerra en él, habría fortalecido al ‘Cártel Jalisco Nueva Generación’…, y así.

En desmentido involuntario a las palabras del general Luis Cresencio Sandoval, ‘Causa Común’ identifica que la violencia en Guanajuato sigue asociada al robo de hidrocarburos…, en ascenso: “en 2014 se reportaron 411 tomas ilegales de combustible; en 2018, aumentaron a mil 919. En  2018, el gobernador aceptó que el 85 por ciento de los homicidios se vinculan al ‘huachicol’.

Los dos, Andrés y Diego obtuvieron su foto. Aunque lo que menos necesite Guanajuato sean fotos. Las que vimos del anexo en Irapuato son francamente aterradoras…

(A) LA JAULA

José Arturo Sánchez Castellanos.

Vaya usted a saber si el presidente del CCEL y exregidor priista tiene cuota, pero ahora escribió en comunicado: “En materia económica confirmamos que aún falta mayor compromiso y apoyo de la Federación pues los recursos que ha destinado para incentivar la economía de las empresas guanajuatenses son insuficientes y están muy por debajo del esfuerzo que ha hecho el Gobierno del Estado”. Tanta lisonja es un poquito repugnante.

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