‘El Vallartazo’

Por Francisco Javier Mares

Un hecho dramático, otro, exhibe, otra vez, lo poco o nada que importan o inciden en la vida cotidiana de los ciudadanos ‘los grandes temas’ en los que los políticos y los funcionarios invierten su tiempo.

Esta vez, del ‘Vallartazo’ que arroja como saldo rojo la muerte de un joven empresario leonés; el ‘secuestro express’ de un número indeterminado y la ‘desaparición’ de al menos cuatro más, confirmado este dato oficialmente por las autoridades de Jalisco, los contribuyentes saben prácticamente…, nada.

Las relaciones entre Guanajuato y Jalisco, entidades limítrofes, son históricas, tan productivas como el intercambio comercial y educativo, como trágicas y codependientes desde ‘los cristeros’ y antes, a la intrusión del ‘Cártel Jalisco Nueva Generación.’

“Entre 1914 y 1916 se conjugaron varias desgracias: epidemia de tifo, hambre y la Revolución, todo con graves consecuencias sobresaliendo la emigración de muchos ricos hacia la ciudad de México, así como el arribo a la ciudad de numerosos alteños que llegaron a vivir para mejorar su situación económica… -escribe el cronista de la ciudad Carlos Arturo Navarro (+) en la revista ‘Tiempos’ No. 134 del AHML”.

Guanajuato y Jalisco, por ejemplo, arrastran desde hace más de una década ese proyecto de nunca acabar de la presa y el acueducto ‘El Zapotillo’ –que darían agua a León y a los Altos de Jalisco durante 25 años-, que se firmó por vez primera como ‘Acuerdo de entendimiento’ en  2007, y detonó la oposición de los habitantes de Acasico, Palmarejo y Temacapulín, poblados que serían inundados y borrados del mapa -el compromiso lo firman a cada rato, todavía en junio de 2019 los gobernadores rubricaron en Lagos de Moreno el “Acuerdo de Entendimiento para el Aprovechamiento de las Aguas del Río Verde.” Y ahí siguen.  

En los días que corren, los puntos de (des)encuentro son la grilla y la violencia.

En la grilla, los gobernadores de Guanajuato, Diego Rodríguez, y de Jalisco, Enrique Alfaro, coinciden a cada rato como compañeros de banca o invitados a la mesa a degustar esa ensalada abundante que son los grupos de gobernadores: la ‘Conago’; la ‘Alianza Centro-Bajío-Occidente’; la ‘Asociación de Gobernadores de Acción Nacional’; la ‘Alianza Federalista por México’…

En la violencia, los reflectores los acapara la guerra inacabable entre los cárteles ‘Jalisco Nueva Generación’, de Nemesio Rubén Oseguera, ‘El Mencho’, y el guanajuatense ‘Cártel Santa Rosa de Lima’ que tiene a la cabeza a José Antonio Yépez, “El Marro”, cuyas batallas se libran a tiros a cielo abierto en la ciudad de Celaya y su zona metropolitana -con el respectivo acompañamiento propagandista: en junio, ‘El Marro’ colocó 57 narcomensajes en 23 municipios; este mes ‘El Mencho’, en una serie de vídeos en las redes hace énfasis en las amenazas a su adversario.

Ahora, Guanajuato y Jalisco son noticia nacional por ‘El Vallartazo’: el ataque armado a una caravana de motocicletas y vehículos ‘todoterreno’ en su ruta anual de León a Puerto Vallarta, cuyas consecuencias en las vidas y patrimonio de las víctimas se hunden en la ausencia de información tan propia de las autoridades.-

La Ruta Vallarta, la ‘Ruta Off Road’ oficial, la organiza el ‘Motoclub Todo Terreno Guadalajara’, se realiza desde 1998 y corre de Guadalajara a Puerto Vallarta -sus creadores reconocen que otros clubes la transitan a lo largo del año-. Acuden conductores desde Texas y California, en Estados Unidos, y de los estados de la República lo mismo de Chihuahua o Veracruz. Tiene como punto de partida el club deportivo de la UdeG, en el ‘Bosque de La Primavera’ y un hotel sede en su destino, que en 2019 fue el ‘Hotel Barceló’.

En su primer día hacen 225 kilómetros, desde Guadalajara hasta el Pueblo Mágico de Talpa de Allende; en el segundo, alcanzan Puerto Vallarta, a unos 170 kilómetros. Curiosamente en 2019, -información de la ‘Revista Moto’-, después de no hacerlo en ediciones anteriores por cuestiones de seguridad, “la ‘Ruta Vallarta’ logró pasar por la famosa zona de ‘La Mina’, un lugar emblemático y que muchos ya extrañábamos en el recorrido.” En esa publicación agradecen “el respaldo de las autoridades estatales, municipales, de Protección Civil y Bomberos, Polícia Federal y demás”.

Este 2020 los leoneses no tuvieron tanta suerte.

En la reconstrucción que hace la fiscalía de Jalisco, eran unas 14 personas. Salieron como cada año desde la ‘Y’ de la León-Lagos de Moreno. En León, los habituales del ‘Vallartazo’ son jóvenes emprendedores de pequeñas y medianas empresas. Llegaron a Ameca. Siguieron hasta Mixtlán, luego Mascota y enseguida San Sebastián del Oeste. Paradas para la revisión de los vehículos, descansar o comer. Por ahí de las cuatro de la tarde arribaron a  Puerto Vallarta, aunque no en bloque. Se habían dividido en dos. Uno fue a la playa Boca de Tomates y el otro a pasear al malecón. Se reunieron de nuevo para buscar el hospedaje que ya habían contratado.

Transitaban la Avenida Fluvial en su cruce con la Avenida Grandes Lagos. A la vista el mar. Vehículos les cerraron el paso -narra el fiscal: “empieza el caos”. Los jóvenes tratan de huir. Hay una balacera. Una persona queda herida en el lugar. Otros huyen como pueden. Hay una víctima mortal, Joaquín Miguel, empresario de la construcción en León. De los demás las autoridades no saben o dicen no saber. El fiscal de Jalisco avanza a tropezones -la fiscalía de Guanajuato, bueno, es Zamarripa, ni siquiera dice ‘esta boca es mía’. En la escena quedan una camioneta tipo Pick-up rafagueada y un carro tubular que ya todos hemos visto en la tele.

Por fin este martes la fiscalía de Jalisco informó que ya tiene nuevas evidencias: “al menos cuatro personas fueron privadas de su libertad por el grupo que operó en este hecho delictivo.» Que el domingo fue que se obtuvieron esos datos. Ahora tienen carpetas de investigación por homicidio, por desaparicion de persona y por robo. Ya en el deporte nacional de la especulación o, en este caso como ‘línea de investigación’, una célula del CJNG sería la que atacó y se llevó a los turistas guanajuatenses…

La vocación oficial por la desinformación alcanza la arrogancia. Los hechos trascendieron públicamente siete días después y solo hasta que un diario de la Ciudad de México, ‘Reforma’, informó de ello; únicamente entonces el fiscal jalisciense, atrapado como su jefe el gobernador Alfaro en una hilera interminable de escándalos, atinó a balbucear algunas evasivas; en Guanajuato, lo mismo o peor: el fiscal Carlos Zamarripa diría que los hechos no ocurrieron acá, y no le corresponde la investigación -y tendría razón-, aunque, como en los delitos ‘federales’ algo debiera importarle que las víctimas sean guanajuatenses; del alcalde de León, Héctor Germán René López Santillana, nada que agregar: que no tiene conocimiento ni facultades -aunque tampoco tiene conocimiento ni atribuciones sanitarias, y bien que  empuja multas disparatadas: en Francia la multa por no usar cubrebocas es de 135 euros -3 mil 473 pesos-; en León es de 337.66 euros -8 mil 688 pesos ¿Qué tal?

El 4 de diciembre de 2010, diez leoneses del barrio de El Coecillo, se adentraron en la sierra de Morones, en Zacatecas, en la cacería deportiva de venado, jabalí y guajolote. Lo hacían cada año. Tenían los permisos correspondientes. Desaparecieron…

(A) LA JAULA

Las cosas de la resaca

El gobernador de Durango, José Rosas Aispuro dio positivo a covid-19, luego de su visita a Guanajuato. Estuvo con los gobernadores de la ‘Alianza Federalista por México’ en la Alhóndiga de Granaditas; en un paseo en el centro histórico; en el Teatro Juárez; comieron en los jardines de la Ex Hacienda de San Gabriel de Barrera; les deleitó una estudiantina …Con todo respeto, pero ¿Quién les manda?

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