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El primer día
Las banquetas atestadas. Una hilera interminable de vehículos atrapados cual humanos asustados, a la espera ‘del verde’ en su semáforo…
Por Francisco Javier Mares
De las entrañas del Oriente–Poniente al ‘León de Bronce’, tlapalería de alcurnia frente al ‘Coliseo’ -que fue de cine popular de graderías y no butacas en el balcón, a centro de abasto de baratijas-, donde el hombre tras el mostrador informa comedido que únicamente vende gasolina blanca ‘suelta’. Gracias. A una cuadra, vecina de una de las caras del ‘Mercado Aldama’, su par lo resuelve -aquí son botellitas como las del agua, 45 pesos el litro, 25 el medio-, deme medio. Entre ambas, la normalidad conocida. Ni vieja, ni nueva. La de siempre. Las banquetas atestadas. Una hilera interminable de vehículos atrapados cual humanos asustados, a la espera ‘del verde’ en su semáforo.
En el ‘Tianguis Comonfort’, a la espalda de la excárcel municipal reencarnada en el ‘Museo de las Identidades Leonesas’ -sean los que sean los alcances de eso-, abrazan casi a los primeros marchantes de la jornada. La mercería inagotable, imbatible que es el Centro Histórico de León, se planta en reinauguración. Las calles que cercan a las plazas ‘Principal’ y ‘Fundadores’ y el entorno del Aldama, son territorio de la oferta a voces de bisutería; muebles; lencería que haría sonrojar a ‘Victoria’s Secret’; aparatejos, fundas y micas para el celular; cubrebocas y caretas, el negocio en boga; papelerías; calzado; enseres para el hogar; jugueterías; vestidos de novia y quinceañeras y, en octubre, esferas navideñas… Son también corredores en los que deambulan alcohólicos, pordioseros, ladronzuelos, indigentes extraviados a la oficialidad, hundidos en la estridencia de los claxons…
En León, el ámbar es para acelerar, no para frenarse. Eso lo saben conductores y peatones. Es fama nacional. En el mundo hay 35.5 millones de contagiados y ha muerto más de un millón de personas. La vacuna se eterniza nonata en el matraz. Pero en el imaginario colectivo de ‘Pedrones’, la pandemia del ‘Coronavirus’ Sars-CoV-2 ‘Covid19’, acabó. Se fue. Ya estuvo.
El caos vehicular en bulevar Adolfo López Mateos, ‘el eje’ revictimizado, es prueba plena. La extinción de la-ciclovía-de-la-ocurrencia, improvisada en uno de sus carriles, es cosa de unas cuantas semanas, deslizan las oficinas de gobierno en periódicos más fieles que el Papa -‘la del López Mateos no termina de convencer a la mayoría de la ciudadanía’, difunde ‘El Heraldo de León’-. El anuncio aguardaría el regreso de los burócratas a sus escritorios y, acaso, el de los escolares a sus aulas -imposible imaginar que las mamás del ‘Mayllen’ modifiquen su rutina de décadas de hacer alto a las puertas del colegio de sus retoños -‘¿Dejarlos lejos con lo peligrosa que está la ciudad?, ni pensarlo’, protestarían al oficial de tránsito en turno. En su esquina de 5 de Mayo, el Balm sufre el paradero de la oruga. En su versión segunda levantada so pretexto de reubicarlo unos metros -‘business are business’-, es peor que la primera. Ahí los usuarios se apiñan y toquetean casual, irremediable o deliberadamente haya o no pandemia.
El corazón comercial del Centro Histórico de León es el tramo peatonal de la calle 5 de Mayo. Todos los comercios insignia de la zona están de pie: ‘La Parisina’, vende telas y adelantó que el nuevo coronavirus le hereda el cierre de la casa de una de sus hermanas -en Belisario Domínguez y Justo Sierra, remató su mobiliario y mercancía-. Abre ya la zapatería de ‘Flexi’. ‘Del Sol’, además se roba la atención. El edificio de la CFE y sus usuarios en la acostumbrada ‘cola’ frente a sus cajeros, se odian con lealtad. Las pizzas de ‘Lupillos’ en la ‘Casa de las Monas’, que fue cuartel villista. El ‘Oxxo’, faltaba más. ‘Elektra’ -y su rinconcito de ‘Banco Azteca’-, del Barón Salinas Pliego, que nunca cerró. Una de las muchas opciones de la ‘Caja Popular Mexicana’, fila de ahorradores – buscadores de préstamo, a sus puertas. El acceso al ‘Pasaje Galerías’, algún día fue fachada del ‘Cine Vera’ que exhibía las producciones mexicanas de los 70’…
En los flancos de la Catedral Metropolitana, en sus puestos la mercería ‘La Mariposa’ y la Papelería/librería ‘El Patrocinio de María.’ Sobre Hidalgo, ‘El Molinito’ invita a desayuno, comida y cena. La plaza ‘De los Fundadores’ está remozada en una de sus esquinas, la puerta a los sanitarios y la cantera de la fuente principal -‘sin obras no hay sobras…’, dirán los políticos-. En esa plaza abrieron por fin los ‘Almuerzos del Portal’ y el ‘Centro Joyero’. Ambos en la batalla de la apertura de los negocios en asalto a los oídos sordos del gobierno. Los cuatro leones al centro mueren de fastidio.
MÁRTIRES DEL CONSUMO
El núcleo es el jardín principal. ‘De los Mártires del 2 de Enero’, gusta llamarlo la tradición azul. Las jardineras y las bancas siguen vetadas con cintas amarillas que no contienen a las ganas de un par de tamales o de tacos al vapor. Un vasito con atole. Siempre hay modo de colarse. La ‘Dulcería Olimpia’, y el referente que son ‘las cebadinas’, toda una postal, dicen: Presente. El ‘Italian Coffee’ monta de nuevo sus terrazas, dos, tímidas en su cupo por ahora; el ‘Santa Clara’ sigue cerrado. En ‘McDonald’s’ los clientes llenan los espacios disponibles. En la franquicia asiática ‘Miniso’, parecen no tener prisa. A la vera del jardín, el ‘Hotel Rex’ y el ‘Edificio Primavera’ aguardan a sus respectivos parroquianos. Y en medio de todos la Presidencia Municipal como un dios. En el pórtico, una carpa con un laberinto de vallas metálicas obliga a ir en fila hasta la puerta principal donde aguardan dos tipos que visten trajes de desecho de una película de zombies. La vocación por el ridículo. Es la alcaldía, da lo mismo si abren o siguen en paro. ‘Cubrebocas obligatorio’, ordena un letrero grandote.
En Madero, el cilindrero está de regreso; la indiferencia mayoritaria de los andantes, también. Los acosadores de los ‘chips’ de celulares, retoman su ritmo. Está en servicio la peluquería ‘Cleopatra’, de rancia tradición y clientela cautiva pese a la ausencia definitiva de don Pedro. Al ‘Café Douxe’, entra con la venia de los empleados un infante venido de Chiapas con su familia -‘Allá no hay trabajo. Una ayuda. Una moneda, una fruta, un pan.’ -El chico, agobiado, recupera su fotocopia minúscula que lleva de mesa en mesa. La necesista, asiente. Agradece con la cabeza un vaso con chocolate caliente y una pieza de pan, cortesía de la casa. Sobre Emiliano Zapata a unos metros del acceso a la zona peatonal por Madero, abre el ‘Bar Mónaco.’ A su propietario las administraciones municipales podrán censurar su rebeldía, pero no su consistencia. Lo mismo alzó la voz contra el desatino de las obras de María Bárbara, que por las arbitrariedades recurrentes de Germán René. Las tiendas de aparatos musicales, de electrónica, dos peluquerías y un par de librerías perdidas en el túnel del tiempo resurgen de sus cenizas.
En una iniciativa civil necia y agradecible, todavía se distribuyen a los desamparados raciones de comida caliente todos los días en la calle ‘del codito’, la ‘República’ -nunca más adecuado el código postal.
En la panza atiborrada de la oruga un hombre oferta un presunto recetario de medicina naturista que contiene el remedio a 180 enfermedades. Cuesta 10 pesos. Gratis, un frasquito de gotas para los ojos. No. La cura al ‘Covid19’, ya será en la siguiente edición. Música de fondo involuntaria y ajena, un joven débil visual ejecuta al melodion -destacable, ciertamente-, ‘Cuánto te quiero’, de ‘Elefante.’
Y si los cuadros cuelgan en las paredes como tú los colocaste, y tus sandalias están en su lugar, en el área de ‘fast food’ de Centro Max, inicia con nuevas reglas y prácticamente sin bajas, la nueva edición de ‘Los Juegos del Hambre’. Menos lugares, misma ferocidad. En ‘Cinépolis’ ahora hay que traspasar bandas, para que parezca. El único negocio que mantiene la cortina metálica abajo, es el de la oficina del Gobierno municipal. Inamovible la exposición y venta pasillera de artesanía en la ‘Galería del calzado’. Bastantes locales vacíos, pero ya estaban así. ‘Home Depot’ reabre su portón hacia la plaza. A disposición, el estanquillo del ‘Melate’… Aquí no hay novedad.
Al grito aquel, de: ‘¡Quién dijo miedo, si para morir nacimos!’, a la mañana siguiente de ‘El Primer Día’, el corte de listón de la fiesta patronal de ‘El Salón de la piel y el Calzado’, el ‘Sapica’. Se multiplican los esperanzados en ir al cielo en globo. Y que la ‘Feria Estatal de León 2021’, cinco millones de cristianos juntitos en un lapso de tres semanas en enero/febrero, va…
(A) LA JAULA
Los sicarios.
En Jaral del Progreso, bajo el sol del mediodía, pistoleros desconocidos abren fuego contra los dolientes en un velorio, a las puertas y en el zaguán de una vivienda. Oraban por los restos de una persona, exhumados de una tumba clandestina. Murieron cinco. Ni Tim Burton, carajo.
Correspondencia: [email protected]
Twitter: TigresDePapel
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