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La vergüenza de los niños soldado
La marcha de la tristeza, de la vergüenza, del fracaso de la estrategia de seguridad, una herida tan certera que pega donde duele y que parece haber puesto en agonía a la esperanza…
La marcha de la tristeza, de la vergüenza, del fracaso de la estrategia de seguridad, una herida tan certera que pega donde duele y que parece haber puesto en agonía a la esperanza…
Eso es algo de lo mucho que provocan 19 niños, entre los seis y 15 años, con armas, cubiertos de sus pequeños e infantiles rostros, empuñando en sus inocentes manitas rifles viejos y pistolas, dispuestos a defenderse del monstruo que emergió de la descomposición social de México, y que no los deja dormir, ni a nadie.
Tal infierno se vive en Guerrero, las autodefensas roban de un tajo la ilusión de la recuperación, de la tranquilidad, de la paz; hacen un nudo ciego en la garganta. Con los niños no, por favor.
Salieron a marchar, enojados, tristes y temerosos, para gritar hasta enmudecer la rabia por el asesinato de 10 indígenas nahuas en esa zona el fin de semana.
Desde hace un cuarto de siglo, las autodefensas nacieron en un lugar donde no parece haber ley, donde nadie los escucha ni los entiende.
No hay razón para esto, al menos no cabe en ninguna conciencia.
Casi siete de cada 10 personas que viven en Guerrero lo hacen bajo el manto de la cruda pobreza, de la falta de educación.
Los niños y otros 2 mil pobladores exigen la captura de los criminales que mataron a una docena de los suyos.
Un integrante del grupo de autodefensas dijo que los niños fueron capacitados para usar armas, más de la mitad no terminó ni la primaria.
Luego de que se difundieran las aterradoras imágenes de los pequeños empuñando las armas, el gobierno estatal pidió que se respetaran los derechos humanos de los niños… sí, en un estado donde parece no respetarse los de nadie…
FOTOS: José Luis de la Cruz/Especiales