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Las relaciones entre los periodistas y el poder nunca han sido sencillas. Ni aquí ni en Nairobi. Ningún signo político hace la diferencia…
Por Francisco Javier Mares
Diego Rodríguez es el octavo gobernador blanquiazul en Guanajuato -5 electos, 1 interino y 2 sustitutos-. En 2021, el panismo cumplirá 30 años consecutivos en el gobierno del estado. La relación con los periodistas empeora: del cachondeo priista pasamos al encono, la amenaza y, a merced del narco, a la violencia.
De esto hace 30 años y meses:
“El domingo primero de octubre (de 1989) la golpiza y el arresto a los reporteros Federico Velio, Israel López, Leopoldo Navarro y Moisés Cervantes, que cubrían un concierto de rock en la concha acústica del Parque Hidalgo, a manos de la Policía Municipal, reventaron las relaciones entre Medina y la prensa.
“Al mediodía del lunes en la sala del cabildo, el gremio encaró al alcalde Carlos Medina Plascencia; al secretario del Ayuntamiento Facundo Castro, que luego fue alcalde interino y luego, como diputado local, subió a tribuna un siete de junio con el discurso oficial por el Día de la Libertad de Prensa; al jefe de la policía preventiva, Ignacio Bravo Mena, hermano del actual jefe nacional del PAN; al director de Fiscalización, Mario Maciel; y a un enojadísimo Juan Manuel Oliva (director de Comunicación social) De risa loca, los cargos a los periodistas eran: sedición, resistencia de particulares, incitación a la comisión de un delito y lesiones.
“Fracasado el diálogo, en los diarios había crónicas, desplegados, editoriales; el martes, con camisetas, pancartas y cubrebocas los reporteros acudieron a manifestarse a la plaza principal.
(…)
“Juan Manuel Oliva no sobrevivió, pero como el trienio tenía que continuar, trajeron a Alfredo Anda Páez. Llegó el 90 y ‘la lambada’ se puso de moda. Frente al amago de un boicot a la invitación a comer, Alfredo llenó de secretarias y empleados de la presidencia el restaurante en la Pedro Moreno. A la llegada de los periodistas, pronto organizó para los invitados de emergencia la entrega de vales para cualquier McDonalds…” -De ‘Serpientes y escaleras’, de este columnista, 6 de junio de 1999. El Sol de León, y en el libro ‘Aquí Nadie es Inocente’, del mismo autor -Tlacuilo Ediciones 2008.
La historia, a propósito de la amenaza directa de un exfuncionario del gobierno del estado de Guanajuato, al reportero Cutberto Jiménez Mayagoitia, del diario ‘a.m’. Así lo reseña el propio matutino:
“Enrique Avilés Pérez, exdirector general de la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado al final del sexenio del gobernador Miguel Márquez Márquez, amenazó con golpear al reportero de AM, Cutberto Jiménez Mayagoitia.
“AM publicó el domingo que desde mayo de 2019 concluyó la auditoría que reveló irregularidades por 30.4 millones de pesos en gastos de promoción turística (espectaculares, revistas, páginas web), pero todavía no se presentaban las denuncias. El auditor, Javier Pérez Salazar, confirmó que hoy martes presentarán una por 22.6 millones de pesos.
“El titular de la Secretaría de Turismo era Fernando Olivera y desde 2016 en Comunicación Social del Estado, Enrique Avilés (quien antes fue Subsecretario y Director de Comunicación en la propia Sectur).
“Avilés llamó por teléfono el domingo 14 antes de las 4 de la tarde al reportero de AM, quien le sugirió, si tenía algo que aclarar, enviar una carta o hablar con la Dirección Editorial, a lo que respondió: “voy a hablar con Enrique (Gómez, Director General) y Arcelia (Becerra, Directora Editorial), pero cuando te vea te voy a partir la madre”. El reportero colgó y no volvió a tomar otras dos llamadas que después le hicieron”.
UN GREMIO DIVIDIDO, PERO UN GREMIO
De ‘El Affaire Karla Silva’:
“Y de pronto pudimos ver el rostro de Karla, reportera, salpicado de puntos rojos desde una herida abierta en la frente, un hoyo, como si un sacacorchos le hubiera hurtado un pedazo de carne. La mirada náufraga en el océano de desamparo de sus ojos. Una pintura que dejan apreciar el pelo recogido en una cola de caballo y unos aretes de perla, diminutos, que hacen juego con el pendiente que lleva en una cadenilla al pecho, hasta donde escurren hilillos púrpura. Con su blusa a rayas manchada de sangre, improvisa un cabestrillo para su brazo derecho.
– “¿Cómo estás, Karla…” –le pregunto al teléfono, sin imaginarla.
– “Mal…” –me responde en la antesala del Ministerio Público, en el momento de la fotografía de Miguel Ramírez, que en cosa de nada generó indignación y ganó una solidaridad internacional tan inesperada como gratificante.
“Karla Silva, es la corresponsal de El Heraldo de León, en Silao, en la zona metropolitana de León (…) Es jueves -04 de septiembre-, por ahí de las cinco y media de la tarde y Karla y Adriana, su auxiliar administrativa, apuran la información y los pendientes para enviarlos a León.
“Es entonces que irrumpen en la oficina tres desconocidos, “cholos” en su vestimenta, navajas en mano, gigantes a los ojos de las dos muchachas. Son los mismos que habían pasado por ahí a media mañana, a preguntar por la corresponsal. No la encontraron y advirtieron que regresarían, como lo hicieron…”
-La golpiza a Karla en 2014, la ordenó el alcalde priista Benjamín Solís Arzola -de acuerdo con la verdad legal de su aprehensión, proceso y sentencia -De la crónica de este columnista en Revista 012, septiembre de 2014.
Y así podríamos seguir. “Con el sexenio de Rafael Corrales Ayala iniciaron también las comidas anuales en el salón ‘Los Murciélagos’ del Parador San Javier, donde, a su llegada, unos 200 periodistas, entre directivos, jefes y reporteros de fuentes políticas, recibían un paquete de libros infumables y un boletito para participar en la rifa de televisores, equipos modulares, estufas…”-misma ‘Serpientes y Escaleras.’
Las relaciones entre los periodistas y el poder nunca han sido sencillas. Ni aquí ni en Nairobi. Ningún signo político hace la diferencia. Tampoco algún apellido o medio de comunicación. Guanajuato, no ha mucho que suma agravios continuados y graves a los informadores. A los caídos los sepulta el silencio. Malas noticias para todos. Lo de Cutberto es serio. La PDHEG nació muerta. La autoridad no ha levantado la mano para atender el asunto. Eso es malo. Muy malo…
LA JAULA
Inicia ‘La Maldita Primavera’ 2020 -que Yuri les acompañe-.
Correspondencia: tigresdepapel001@gmail.com