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Vive San Miguel de Allende Semana Santa sin procesiones y sin turistas
Por primera vez en 306 años realizan procesión del Santo Entierro a puerta cerrada
En un fin de semana como este en San Miguel de Allende habitualmente había al menos 250 mil visitantes y una ocupación hotelera casi del 100%; este año es diferente, los sanmiguelenses se quedan en casa, incluso viven sus tradiciones en el interior de sus hogares, en familia.
Así lo confirmó Edgar Zamudio, director del Consejo Turístico “en el 2019, la ocupación hotelera llegó al 92%; la afluencia de visitantes en Semana Mayor y Pascua fue de más de 250 mil personas; ahora no superamos el 5% y es a través de plataformas digitales”.
En un recorrido realizado por toda la ciudad, quedó patente que las plazas, parques y espacios públicos donde tradicionalmente había procesiones, ceremonias y encuentros sociales y religiosos, con motivo de la Semana Mayor, los celebraron a puerta cerrada.
Un ejemplo de ello es que después de 306 años ininterrumpidos, la procesión del Santo entierro (Procesión del Silencio) no se realizó en las principales calles del centro histórico, fue a puerta cerrada en el Oratorio de San Felipe Neri; ello precisamente como medida de prevención del coronavirus.
#QuédateEnCasa es el insistente llamado que hace el presidente municipal Luis Alberto Villarreal García. En su postura, párrocos, fieles y ciudadanos ponen de su parte para evitar que se diera la concurrencia; en San Juan de Dios, se ofició misa desde el interior, con bocinas al exterior y los oyentes se dispersaron en el atrio.
Mientras que la Procesión del Silencio, que estaba programada este viernes a las 5 de la tarde, para recorrer el centro histórico, fue a puerta cerrada, al igual que la fe profesada a las imágenes de la Virgen Dolorosa de El Carmen, Nuestra Señora de La Soledad, Jesús de las Tres Caídas, Jesús Nazareno de San José y el Señor de las Maravillas.
El templo del Oratorio, la Parroquia de San Miguel Arcángel, de San Antonio y San Juan de Dios, ofrecieron a los feligreses transmisiones en vivo de los diferentes oficios; en las calles adornos en color morado, lucieron en balcones cerrados, sin gente, sin cantos, sin procesiones. Este fin de semana, los sanmiguelenses se quedan en casa.