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Libia
En el ‘Día Internacional de la Mujer’, ocho de marzo, el gobernador panista de Guanajuato, Diego Rodríguez, designó a su compañera de partido Libia Dennise García Muñoz Ledo, diputada local con licencia, como la primera secretaria de Gobierno del estado
Por Francisco Javier Mares
En el ‘Día Internacional de la Mujer’, ocho de marzo, el gobernador panista de Guanajuato, Diego Rodríguez, designó a su compañera de partido Libia Dennise García Muñoz Ledo, diputada local con licencia, como la primera secretaria de Gobierno del estado.
Libia Dennise es abogada por la Universidad de la Salle Bajío; fue líder juvenil del PAN estatal; cobró como asesora del Grupo Parlamentario del PAN en el Congreso local y en la subsecretaría de Vinculación de la secretaría de Gobierno; y es diputada reelecta por el Distrito V de León. Tiene 38 años de edad.
Asciende a una posición en la escala del gobierno estatal, que en 30 años de panismo han ocupado toda suerte de políticos experimentados, abogados de prestigio, hombres bien intencionados, improvisados, pusilánimes, trepadores y ‘grillos’ de la peor ralea…
Asómese.
El gobierno de Carlos Medina Plascencia (1991-95), un interinato que él soñó eterno, incluyó como cláusula de la concertacesión con el presidente Carlos Salinas de Gortari, la adopción del priista Salvador Rocha Díaz, como secretario de Gobierno. El sanmiguelense llegó al cargo con cartas credenciales de erudito y controlador. Nunca hizo demasiado caso de la responsabilidad. Desde la secretaría particular del gobernador, Ramón Martín Huerta hacía el trabajo. Rocha Díaz, murió en 2011.
Lo relevó el empresario celayense Roberto Suárez Nieto, cofundador de los diarios ‘a.m.’, y exalcalde de su pueblo. Priista como su antecesor, fue diputado local, federal y senador. Como era de esperarse, bajó las revoluciones a la relación ríspida de origen de los tricolores con el interino. Don Roberto Suárez Nieto falleció el año pasado.
A partir de ahí, sólo cofrades. Cerró ese ejercicio Felipe Arturo Camarena García, a quien recordamos como el último presidente de la Comisión Estatal Electoral, de fama tan obscura como aquella policía judicial de la que también fue director.
Vicente Fox y Quesada (1995-99), ganó el gobierno de Guanajuato en una elección extraordinaria a cubierto de la reforma política, y en el debut de un árbitro electoral independiente. Gobernaría cinco años para emparentar con el calendario federal. Estuvo cuatro y partió a la carrera presidencial. A lo largo de su mandato tuvo solo un secretario de Gobierno.
Ramón Martín Huerta, llegado de San Juan de los Lagos, ha sido, por mucho, hasta ahora, el único secretario de Gobierno de Guanajuato que ha resuelto con solvencia y eficacia las responsabilidades del encargo -incluso antes de la última reforma que lo liberó del sobrepeso de la seguridad pública.
Ido Fox, él asumió la gubernatura en calidad de sustituto. Ramón Martín, murió en un accidente de helicóptero en 2005. Tuvo como secretario de Gobierno a don Antonio Obregón Padilla, un panista de cepa con una larguísima y destacada carrera política, gubernamental y de abogacía. Fue dos veces diputado federal y otras tantas, legislador local; magistrado del TSJE y procurador de Justicia. Murió en 2015 a los 81 años de edad.
El Siglo XXI comenzó con Juan Carlos Romero Hicks en el Ejecutivo del estado (2000-06) Al ex rector de la Universidad de Guanajuato se le daban cómodos los movimientos en el gabinete. Como secretarios de Gobierno, formaron Juan Manuel Oliva, Gerardo Luis Rodríguez Orozco y Ricardo Torres Origel.
Juan Manuel Oliva, todo un caso, había sido electo senador de la República. Se presentó y pidió licencia. Acá tomó posesión y se dedicó a lo suyo: la grilla pura y dura. Estuvo tres años en los que nunca se cansó de llenar de piedritas los zapatos del gobernador. En 2003 aquello era insostenible y ‘renunció’ para retomar su curul en la Cámara alta.
Cosa de nada, fue secretario de Gobierno Gerardo Luis Rodríguez Orozco, ingeniero químico de profesión que fungió como director del DIF y cobraba ya como subsecretario.
Para finiquitar el sexenio, en 2004 llegó Ricardo Torres Origel, docto en los vaivenes de las tripas del panismo. Diputado federal, senador, precandidato a la gubernatura y hasta representante del gobierno del estado en la capital del país. Murió en 2016, siendo diputado local.
BARAJA NUEVA
Con Juan Manuel Oliva Ramírez (2006-12), nos quedamos en que optó por la senaduría solo un rato y regresó a la campaña por la gubernatura, que ganó…, pero que tampoco concluyó. De nuevo solicitó licencia, ahora para ir como secretario de asuntos electorales del CEN del PAN.
Su secretario de Gobierno estelar: Gerardo Mosqueda Martínez. De no olvidarse, los insultos a los directores de los diarios ‘a.m.’, Enrique Gómez y ‘Correo’, Arnoldo Cuellar, a los que “tildó, indistintamente, de ‘pendejos’, ‘estúpidos’, ‘esquizofrénicos’, ‘faunos rastreros’, ‘extorsionadores’, ‘bueyes’, ‘explotadores’, y les advirtió que no quiere tener trato con ellos (Agencia apro, 14 de mayo de 2007)”, debido a que ambos medios revelaron una reunión del secretario con los delegados federales de Felipe Calderón, a los que ordenó ponerse a las órdenes del gobernador. Nada que agregar.
En octubre de 2010, Gerardo Mosqueda, digamos, ‘se tuvo que ir’ y Oliva echó mano del siempre dispuesto Héctor Germán René Lopez Santillana. Despachó ahí hasta marzo de 2012 que Juan Manuel Oliva, como ya consignamos, se fue otra vez, y a él lo nombraron gobernador sustituto (2012).
Miguel Márquez Márquez (2012-18) rindió protesta como gobernador. Puso como secretario de Gobierno a su compadre Antonio Salvador García López, notario público y exalcalde de San Francisco del Rincón. Anodino como el que más. Estuvo ahí casi cinco años. El gobernador agradeció ‘su honestidad, su formalidad, su educación’.
En abril de 2017, lo sustituyó el exprocurador de los Derechos Humanos, Gustavo Rodríguez Junquera. Diligente, el abogado hizo lo que pudo con el tiempo concedido, para poner en orden la casa. Y no le alcanzó.
Diego Sinhue Rodríguez Vallejo (2018-), en funciones, es el octavo gobernador panista de Guanajuato al hilo. Su secretario de Gobierno, hasta el martes de esta semana, el experimentado empresario y político Luis Ernesto Ayala Torres, ya renunciado para ir en busca de la diputación por el Distrito III de León, en ruta de erigirse líder del Congreso de Guanajuato -en el entendido de que Acción Nacional, ganaría la mayoría camaral.
Así que la nueva titular de la secretaría de Gobierno, la primera mujer en ese puesto en el estado de Guanajuato, es Libia Dennise García Muñoz Ledo.
“Hoy se rompe un techo de cristal y con ello llegarán más, muchas más a mostrar de lo que somos capaces. Por supuesto que no llego sola, estoy aquí gracias a la confianza de un gobernador que cree en las mujeres y gracias al trabajo, a la lucha y a la inspiración de todas ustedes», escribió en twitter.
Vamos por partes.
En sus dos turnos como diputada local, Libia García llamó poderosamente la atención por su agenda legislativa en defensa de los derechos de las mujeres. Sería equivocado regatear su aplicación y su capacidad de trabajo. Las dudas estriban en los señalamientos de conservadurismo, misoginia y simulación que acompañan al PAN a cada paso -si son acertados o no, es otra discusión, pero están ahí-. La pregunta es si el panismo sostendrá más allá del corto plazo su ‘feminismo’ emergente. La respuesta es, no.
Sería ingenuo suponer que el nombramiento de Libia García, en el ‘Día Internacional de la Mujer’; el sentido de las recomendaciones que procesa justo ahora el procurador panista de los Derechos Humanos, Vicente Esqueda; el reiterado y lacrimógeno ‘mea culpa’ del alcalde leonés Héctor Germán René Lopez Santillana, por las agresiones de sus policías a las manifestantes; o que sea Alejandra Gutiérrez su candidata en la plaza de León, son una coincidencia feliz.
No. Corre un proceso electoral. El peso decisorio que tendrán el porcentaje de mujeres en el padrón, el hartazgo, la organización y su activismo en las elecciones intermedias de Guanajuato el 6 de junio próximo, no está a discusión; al panismo urge sacudirse, así sea en vía de mientras, algunas etiquetas; y difícilmente la mujeres y los simpatizantes de sus causas van a morder el anzuelo.
A Libia, cierto, podrá señalarse su inexperiencia. Entra por la puerta grande a la sala de las decisiones. La Secretaría de Gobierno es el segundo puesto político más importante del estado -no pocos de sus correligionarios de currículas abultadas, aquejan bilis-. Eso no la pone en desventaja. Ya no es integrante de un cuerpo colegiado obediente, como el Congreso todo o la mayoría simple de un grupo parlamentario. Puede marcar una diferencia -tampoco, si usted atiende a las líneas previas, sería misión imposible- más allá del género o inscribirse como un nombre más en la lista.
Libia Dennise García Muñoz Ledo es una política dispuesta al diálogo, gusta del debate -en el que no siempre le va tan bien como ella quiere creer-, y es de augurar su cercanía con la llamada ‘sociedad civil organizada’, espíritu llano de la política interior del estado, y asignatura pendiente en este gobierno. De entrada, la designación es, sin duda, un acierto del gobernador Diego Rodríguez. A ver.
(A) LA JAULA
La mariguana.
La Cámara de Diputados aprobó, con 316 votos a favor, 129 en contra y 23 abstenciones, la Ley Federal para la Regulación de la mariguana. Previa autorización, cualquier mayor de 18 años podría cultivar en su domicilio hasta seis plantas exclusivamente para su consumo personal con fines lúdicos. Si viven ahí más de un consumidor mayor de 18 años, el número de plantas será de un máximo de ocho.
El consumo de churros adquiere otro sentido…
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