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Mundo enfermo y ‘fake’
Camino a la jornada del próximo 6 de junio, los candidatos y los partidos políticos ganan la contienda en un sinfín de ocasiones en las encuestas…
Por Francisco Javier Mares
Camino a la jornada del próximo 6 de junio -que como cada tres o seis años, será ‘la elección más importante de la historia del país’-, los candidatos y los partidos políticos ganan la contienda en un sinfín de ocasiones en las encuestas.
Para los candidatos, los partidos políticos, los gobiernos y los apostadores de campaña, liderar los estudios de opinión rumbo a las urnas es una obsesión mucho más importante, obvio, que conseguir la afinidad del electorado y los contribuyentes. En esa lógica: ganar la encuesta es ganar la elección.
Hasta la primera mitad de la década de los 80′, los reporteros íbamos al jardín principal de las ciudades, entrevistábamos a cinco ‘pelaos’ y escribíamos: ‘los ciudadanos exigen que…’ -sería difícil de creer, pero esta es una práctica que resurge en los portales de la era digital y sobrevive en alguno que otro medio ‘tradicional’.
Eso cambió a partir de las elecciones presidenciales de 1988, aquellas que enfrentaron a Cuauhtémoc Cárdenas, del Frente Democrático Nacional; el priista Carlos Salinas de Gortari y al panista Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, ‘Maquío’ -las mismas en las que de gira en Guanajuato, Heberto Castillo Martínez, declinó su candidatura del Partido Mexicano Socialista, el PMS, en favor del primero.
Miguel Basáñez realizaría las primeras dos encuestas independientes -la primera de intención de voto en la capital del país colocaba a la cabeza a Cuauhtémoc Cárdenas; y una segunda a nivel nacional ponía en ventaja a Carlos Salinas de Gortari, con Cárdenas detrás pero muy cerca. Otras instituciones y medios como la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y el Colegio de México, y diarios como La Jornada y El Universal, se sumaron al buen ejemplo (cita en ‘Letras Libres’, febrero 2018).
En México, sin embargo, poseemos una rara habilidad para pervertir el uso de las herramientas -sobre todo aquellas llegadas o ligadas a las nuevas tecnologías de la información-. Las encuestas, desde mucho tiempo antes de la oleada digital, han sido instrumento en la investigación de la aceptación o rechazo de las personas en casi cualquier asunto. A la política mexicana llegaron para quedarse.
AMLO las oferta como indispensables en la toma de decisiones sobre los temas nacionales. Su partido las institucionaliza como método de elección de los candidatos en todos los niveles. La oposición misma, agrupada en la alianza ‘Va por México’ que hermana al PAN con el PRI y juntan al PRD, las utiliza para calcular sus alcances y los vaivenes en la popularidad del presidente.
Pero hoy, para los políticos, los medios de comunicación y las propias casas encuestadoras, las ‘fake polls’ o encuestas falsas, son todo un problema. Un problema que se agranda, en lugar de contenerse. En su objetivo real de desinformar, sirven al proselitismo gobiernista o partidario y al engaño a los electores.
Los funcionarios, los candidatos y los políticos las utilizan para imponer una lectura conveniente de sus números en la opinión pública -o al menos para satisfacer su ego-; los medios de comunicación -multiplicados como panes en la bondad de las redes sociales-, las transforman en información; y a no pocas encuestadoras -que no sienten la obligación de un historial ni una metodología serios-, les sirven para allegarse recursos en la venta o renta de estadística al mejor postor.
Las casas serias descalifican las encuestas telefónicas robotizadas y las que desde el Internet reportan muestras disparatadas -sin filtro alguno de cuentas falsas-. El problema estriba en que la difusión es dirigida -‘patrocinada’-, sin distingo de factura y verdad.
EN CASA
Esta misma semana dos casos ilustran el fenómeno:
En la Ciudad de México, al panista Mauricio Tabe, candidato de la alianza PAN-PRI-PRD a la alcaldía de Miguel Hidalgo, lo hicieron aparecer con una ventaja de 15 puntos sobre el candidato de Morena, Víctor Hugo Romo. La casa encuestadora y el diario El Universal, a quienes se adjudicaron la realización y la difusión, respectivamente, desmintieron los resultados de esa encuesta falsa -los correctos, justamente a la inversa.
Acá mismo en Guanajuato, apenas este lunes, el periodista Fidel Ramírez Guerra alertó en Twitter de la difusión de una ‘fake’: Me llega encuesta de @RoyCampos de @Mitofsky_Group Elecciones en Guanajuato capital… -en esa encuesta, Alejandro Navarro tiene el 48.1 de la preferencia ‘efectiva’, sobre el 22.5 de Edgar Castro.
-“La encuesta es falsa, para variar, en cada proceso aparecen los tramposos”, respondió diligentemente Roy Campos en la misma red social -Ojo en el municipio #Guanajuato circula falsa #encuesta Recuerden que las encuestas de #Mitofsky se encuentran publicadas en http://consulta.mx -insistiría el responsable de la casa encuestadora.
Este mes, Google mismo presentó sus acciones con las que apoyarían a los ciudadanos ‘en la construcción de un voto informado y seguro’, al compartir información del Instituto Nacional Electoral, el INE, y uno de los temas fundamentales será el combate a las ‘fake news’. Google promovería información electoral relevante, que priorice las fuentes oficiales para evitar la desinformación.
Youtube, se suma. Explica que el número de personas que buscan noticias en esta plataforma se ha duplicado desde 2019, y aumentó el 75 por ciento en los primeros tres meses del año pasado: destacar fuentes confiables de información y noticias, sería el eje de la información político electoral de Youtube.
Por cierto, este martes, la casa encuestadora ‘Inmersa’, presentó los resultados de su encuesta de arranque de campañas en la ciudad de León.
Así que nada más para empezar, en la encuesta de partidos con escudo y nombres de candidatos, la panista Alejandra Gutiérrez Campos dobla -eso y más, Bárbara Botello dixit-, con un 50.71% de la intención del voto, el 23.57% del neo morenista Ricardo Sheffield Padilla.
El 15.6% de la muestra recuerda el nombre de Alejandra Gutiérrez, 6 de cada 10 tienen una opinión positiva de ella y 3 de cada 10 una opinión negativa; registra un 92 por ciento en identificación en su partido y 29.8 por ciento de ‘voto duro’.
Ricardo Sheffield, por su parte, obtiene un 78.5 por ciento de recordación de su nombre, 2 de cada 10 tienen de él una opinión positiva y 3, una opinión negativa; 55 por ciento de identificación en su partido y 16.2 por ciento de ‘voto duro’.
– “prácticamente está decidida la elección, a menos que suceda un fenómeno extraordinario; yo no veo cómo se pueda remontar una ventaja así, en el tiempo que queda para las elecciones”, dijo Rodolfo Núñez, a cargo de Inmersa.
Así que ya lo sabe: si abre el folletín de su preferencia y encuentra una encuesta, tenga sus reservas, no todo lo que ahí lea es cierto…
(A) LA JAULA
Diputados en fuga
Esta semana otros tres diputados huyen de sus curules en el Congreso del estado. De los 36 que llegaron, se van 24 y ya nomás nos quedan 12. Unos quieren ser alcaldes, otros ir al gabinete, alguno liderar a su partido, pero la mayoría busca acurrucarse de nuevo en el nido. La diáspora comenzó en enero, con las panistas Alejandra Gutiérrez y Lorena Alfaro, ahora candidatas a alcaldesas de León e Irapuato. Su compañerita Libia García, despacha ya como secretaria de Gobierno. Otra albiazul, Martha Delgado, aspira a síndica en Guanajuato, y su correligionario Germán Cervantes, a reelegirse. Ajá. Eso es lo que quiere la mayoría de los azules: Miguel Salim, Víctor Zanella, Cristina Soto, Cristina Márquez, Noemí Márquez, Armando Rangel y Rolando Alcántar. También quería Paulo Bañuelos, pero lo dejaron con las manos vacías. Los otros colores pintan igual: del PVEM, Israel Cabrera abandonó tras la alcaldía de la ciudad capital, y la ex perredista Claudia Silva, ahora panista, quiere ser alcaldesa de Acámbaro. Este lunes se aprobó el peregrinar de Ma. Guadalupe Guerrero, del PRI, en ofrenda por una diputación federal de los pueblos del Rincón; ex panista y un rato ‘sin partido’, Jessica Cabal es candidata de Morena a la alcaldía de Abasolo; y el buen Ernesto Prieto, parece que por fin será dirigente oficial de Morena en el estado.
Ni modo, en el Congreso volverán a anidar las oscuras golondrinas…
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