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Intrigas palaciegas
Lo dicho, la semana acaba como empezó: mientras en el Congreso de Guanajuato servían de comer al señor Fiscal, en el Senado de la República, como lo hizo María José, Regina sostuvo su acusación de violador al panista Jorge Romero
Por Francisco Javier Mares
Lo dicho, la semana acaba como empezó: mientras en el Congreso de Guanajuato servían de comer al señor Fiscal, en el Senado de la República, como lo hizo María José, Regina sostuvo su acusación de violador al panista Jorge Romero Vázquez, diputado federal electo.
En el Congreso del estado asistieron al banquete político y gastronómico del fiscal, los integrantes de la Junta de Gobierno y Coordinación Política y una diputada priista como invitada, no así la representación de Morena. El menú: entrada de fresa y nuez; ensalada de espinacas; filetes de res, puré de papa, verduras y tiras de tocino. Crepas con cajeta, en el postre. Loas de sus apoyadores.
Habían citado a las dos de la tarde, pero hubo de esperar al Fiscal General del estado. Por fin, encapsulado en su comitiva llegó al Palacio Legislativo. Fueron directamente al estacionamiento en el sótano, para evadir a los molestos reporteros apostados en la entrada principal de la pirámide de cristal. Desde ahí, el elevador alcanzó el salón dispuesto para el ágape, una ‘comida de trabajo’, nunca una comparecencia. Un helicóptero sobrevoló, vigilante, el Congreso.
El presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, el panista Luis Ernesto Ayala Torres, un pez fuera del agua, excusó que están impedidos legalmente para citar en comparecencia al Fiscal general. De ahí el formato de ‘mesa de trabajo’, a puerta cerrada y con asistencia restringida -la Constitución Política del Estado de Guanajuato y la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado, lo desmienten.
Mientras tanto, a 375 kilómetros de distancia, en la Ciudad de México, una joven irapuatense llevaba al Senado de la República su exigencia de justicia. Denuncia que fue violada sexualmente por el panista Jorge Romero Vázquez, diputado federal electo y ex director del Instituto Guanajuatense de la Juventud -otra joven, María José, lo acusa penalmente del mismo delito desde 2017, cuando ostentaba ese cargo público.
En alguna sala de la Cámara alta del Congreso de la Unión, al podio con el águila del escudo nacional impresa, Regina viste de manera pulcra en beige y negro, el pelo a los hombros contenido por una diadema. Continuamente lleva los dedos a sus ojos que amagan lágrimas. Es firme en la lectura.
«Por corrupción, incompetencia, ignorancia u omisión del personal que labora en el Centro de Justicia para las Mujeres de Guanajuato, específicamente de la Unidad de Atención Integral a la Mujer, hoy un agresor sexual está enfrentando un proceso penal en libertad, con las medidas cautelares mínimas, porque así lo decidió la Fiscalía de Guanajuato.
«Vengo a exigir justicia porque en mi caso no solo soy víctima de un agresor sexual, también soy víctima del Ministerio Público (…) no solo reclasificó el delito, también cambió los hechos por los cuales fue vinculada a proceso esta persona». -La conferencia de prensa es transmitida por las redes oficiales del Senado de la República.
Ni Regina -tampoco María José, ambas ex reinas de la ciudad-, ni Jorge Romero, son anónimos en Irapuato. La familia de Regina y la familia política de Romero se conocen de años. Él es yerno del ex alcalde panista de Irapuato -y ex director del ISSEG y ex secretario particular del entonces gobernador, Juan Carlos Romero Hicks-, Jorge Estrada Palero. Regina acusa que el clan intentó persuadirla de desistir de su denuncia, y encausaron una campaña de maledicencia contra su persona. La agresión habría ocurrido en junio, al salir de la fiesta por el triunfo electoral de Romero, en el Distrito federal 09 de Irapuato. “Yo no estaba con cualquier desconocido, mi madre y yo confiábamos en él, en los suegros de Jorge que habían sido hasta ese día amigos íntimos de mi familia…»
Y no, no va a echarse atrás -por más que acá las voces oficiosas subsidiadas, se esmeran en reducir el caso, los casos, a un asunto de golpeteo entre siglas partidarias-. Regina anuncia que tramita el apoyo de ‘Justicia y Reparación’, despacho jurídico con presencia en Sudamérica, y en esa vía la intervención de la ONU, lo mismo que de la Convención Interamericana de Derechos Humanos. -«Respondo al reto público que hace la Fiscalía de Guanajuato a que mi caso sea revisado por instrumentos internacionales, con motivo de mi estado de indefensión y necesidad de justicia…”
POLÍTICOS FILETEROS
Para el fiscal sempiterno, Carlos Zamarripa Aguirre, todo ha sido “sencillamente un cambio en la medida cautelar” -Jorge Romero pasó por la cárcel. Fue breve. La fiscalía reculó hasta acusarlo de ‘abusos sexuales’, no de ‘violación espuria’. Traspuso las rejas ‘con todo y chivas’, porque la segunda acusación no obliga a la prisión oficiosa-. Eso permite al fiscal -al menos eso cree él-, tomar el pelo a los guanajuatenses. Amén del riesgo de fuga, porque los medios económicos y el respaldo oficial los tiene, eso está probado, Zamarripa evita hablar de la pena que Romero enfrentaría de ser sentenciado culpable solo de ‘abusos sexuales’, eventualmente, con opción de disfrutar de su libertad bajo caución. Esa es la trampa última.
Claaaro que en el simulacro de comparecencia, el fiscal se acogió a que hay detalles que no pueden ser revelados, porque pesarían en el caso, y abonarían a que ‘se siga revictimizando y exponiendo a la víctima Regina’ -en su docta exposición, el fiscal apenas haría una pausa brevísima para un eructo quedo.
Mientras los diputados afines y Zamarripa degustaban sus filetes, el grupo de Morena se pronunció sobre su inasistencia. «Rechazamos las formas. En ningún momento en Junta de Gobierno se planteó que fuera hoy. Nos enteramos a través de los medios. De ahí nuestro rechazo enérgico. Lo reprobamos categóricamente. No estamos de acuerdo en las formas, no queremos una plática entre cuates». Morena exigió por escrito a Luis Ernesto Ayala, que pruebe jurídicamente que es inviable un ejercicio de rendición de cuentas público.
A todo esto, Luis Ernesto Ayala, aspirante a la candidatura panista a gobernador, después de la convivencia con derecho de admisión, dijo con sorna que ni siquiera a todos los diputados interesa escuchar lo que tiene que decir el fiscal -así que echó mano de una curiosa concepción de la trascendencia de las sesiones del Pleno del Congreso- «¿Qué queremos, estar en el Pleno donde finalmente se pudiera perder la capacidad de dialogar?, porque yo creo que el diálogo se da cuando estamos frente a frente, no en una tribuna ante los 36 diputados que pudieran no tener interés».
Es más, adelanta que irán a la sede de la fiscalía a conocer a detalle el trabajo que realiza la institución -él fue Secretario de Gobierno-. «El fiscal ofreció una reunión, yo creo que eso es productivo, vamos a ver qué hay de bueno».
Como en su momento su antecesor Jesús Oviedo, hoy secretario de Desarrollo Social en el gabinete del gobernador Diego Rodríguez, quien fue al búnker de Zamarripa a cantarle ‘las mañanitas’ en su cumpleaños, Ayala anuncia que será en febrero cuando se encuentren de nuevo los diputados y el fiscal, pero allá, Para el jefe del Congreso, ir de visita de cortesía a la fiscalía es toda una ‘área de oportunidad’.
La mañana de este jueves, en Irapuato, se desahogó una audiencia de revisión de las medidas cautelares a Jorge Romero. Regina pidió que entregue su pasaporte; acuda a firmar cada semana y se le prohíba acudir al Congreso Federal. La defensa del acusado, asegura que las condiciones iniciales no han cambiado, y que ‘si bien existe la posibilidad de que Jorge Romero tome protesta como diputado, no ha ejercido ese derecho’. La jueza negó cada una de las peticiones de la defensa de Regina.
No, aquí lo importante no son las intrigas palaciegas, sino la demanda de justicia de dos mujeres jóvenes, que acusan de violación sexual a un político del partido en el gobierno de Guanajuato… desde hace 30 años.
(A) LA JAULA
‘Es la pobreza, estúpido’
Bien, pues aquí está ya una cara del saldo de seis años de Héctor Germán René, como alcalde de León de 2015 a 2021. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, en su Medición de Pobreza Municipal (2020), que se publica cada cinco años, revela que León es el municipio con el mayor número de personas pobres, en todo México. León, Guanajuato; Ecatepec, Estado de México, e Iztapalapa, Ciudad de México, son los municipios con mayor número de personas en situación de pobreza. La mitad de la población pobre en México se concentró en 173 municipios, 117 en alguna zona metropolitana en los estados de Guanajuato, Estado de México y Ciudad de México, o en destinos turísticos como Acapulco y Cancún. De la misma manera, la mitad de la población en ‘Pobreza extrema’ se concentró en 204 municipios. Resaltan Acapulco de Juárez en Guerrero, León en Guanajuato, Iztapalapa en Ciudad de México y Toluca en Estado de México. Al otro extremo, la mitad de la población ‘no pobre’ y ‘no vulnerable’ se concentra en 46 municipios urbanos, principalmente de Ciudad de México, Estado de México y Nuevo León. Ah, pero no.
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